¿No querías Dakar? Dos tazas. Eso debió pensar el bueno de Kris Meeke después de ver como de cruda y especial puede ser esta carrera en su primera etapa. Tras ganar la prólogo del día anterior entre los Vehículos Ligeros, el ex piloto mundialista partía ilusionado a la primera especial real de la carrera.
Pero toda la motivación se convirtió rápidamente en pesadilla cuando un problema mecánico originó un pequeño incendio en la parte trasera del buggy de PH Sport, que dejó mal parada una de las ruedas de repuesto del británico.
Tirados en medio de la nada, Meeke tuvo su bautismo de fuego en la magia del Dakar, debiendo esperar a ser remolcado por el camión de asistencia y llegando a las tantas de la madrugada al bivouac de Bisha.
“C’est le Dakar, patron”, dice el dicho. Pese a la experiencia, Meeke fue compartiendo sus “aventuras” en redes sociales y dijo que incluso todo esto lo había disfrutado de lo lindo y que quería más. Hoy nueva ración para el piloto afincado en Andorra, que, sin duda, ya le ha picado el ‘bichito’ del Dakar.