Joan Font y Sergi Brugué han sufrido amargamente para completar la segunda etapa del Dakar, una especial de 457 kilómetros cronometrados –más otros 228 de enlace– entre las poblaciones de Bisha y Wadi Ad-Dawasir. El Toyota Land Cruiser del FN Speed Team volvió a ser uno de los últimos vehículos en cruzar la línea de meta debido a las muchas dificultades que tuvo para sortear las primeras dunas de la presente edición.
La situación más complicada de la jornada la vivieron a escasamente 100 kilómetros de la meta, cuando ya era noche cerrada. Sin apenas visibilidad, se quedaron encallados en una olla de dunas durante 2 horas interminables en las que intentaron salir sin éxito una y otra vez. Finalmente, Álex Aguirregaviria, piloto del camión de asistencia rápida del equipo gerundense, logró sacarlos para que pudieran acabar la etapa. Habían superado su primer gran revés de este Dakar.
“Los primeros kilómetros de dunas los hemos ido pasando bien, pero hacia el kilómetro cien y poco nos hemos empezado a quedar enganchados. Hemos tenido que sacar la pala varias veces”, narraba el copiloto, Sergi Brugué. “Pero el momento más duro lo hemos vivido pasado el kilómetro 300, en una olla de dunas de la que no podíamos salir. Suerte que nuestro compañero Álex, que también se había quedado varado, nos ha ayudado”.
”Hemos encallado en una olla de dunas muy bestia, de arena muy fina y de noche”, añadía Joan Font, tras pasar más de 13 horas al volante (sin contar el tiempo de enlaces). “Ha sido una etapa muy larga y dura, pero estamos bien y contentos de seguir adelante una jornada más. Ésta la hemos salvado como hemos podido, la mecánica ha sufrido mucho”.
Con tan solo dos especiales disputadas, Joan Font y Sergi Brugué ya acumulan 21 horas de carrera, el triple del tiempo empleado por los equipos punteros de la categoría. Así es el Dakar, un ecosistema en el que conviven prototipos que pasan las dunas como si de una pista se tratara y coches de serie, como el T2 de la pareja catalana, que tienen que emplearse a fondo para superar cada pequeño obstáculo que se les pone por delante.
Mañana, a las puertas del Empty Quarter, uno de los mayores desiertos de arena del mundo, transcurrirá la tercera etapa del Dakar, el primer bucle de esta edición con 403 kilómetros cronometrados de especial y 227 de enlace. Una jornada que se presenta tan o más exigente que la de este lunes y que alternará cordones de dunas, tramos técnicos y otras zonas más rápidas.