¿Citroën o Toyota? Ésa es la cuestión para Meeke

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Kris Meeke es en estos momentos uno de los focos de atención en la pretemporada del Campeonato Mundial de Rallyes. El motivo es sencillo de comprender: a lo largo de los últimos años es el único piloto que ha sido capaz de plantar cara a los Volkswagen y a Sébastien Ogier en otra cosa que no sea un Polo R WRC. Y, teniendo en cuenta la superioridad del conjunto de los hombres de Wolfsburg (destacando, entre otros aspectos, su capacidad en terreno irregular o la de entrada y salida en cada curva) eso es mucho. De élite, de hecho.
 

En estos momentos, el discípulo de Colin McRae que tanto sufrió para llegar a la categoría máxima – pese a varios años siendo veloz tanto en el JWRC como en el IRC – se encuentra querido y deseado por dos de los fabricantes de automóviles más importantes del mundo: Citroën y Toyota. El equipo de Tommi Mäkinen, a quienes ya ha visitado en su sede de Puupola, le ofrece un contrato de tres años, oferta que Citroën ha de mejorar en una semana para mantenerle en sus filas (al contrario que Mads Ostberg, quien se dirigió casi de inmediato a M-Sport).
 

¿Por qué es este movimiento tan importante en su carrera? También es una pregunta con respuesta sencilla: como apunta el veterano periodista Jerry Williams, ya tiene treinta y cinco primaveras a sus espaldas y tan sólo una victoria en la categoría máxima, lograda en el Rallye de Argentina – con algo de fortuna, pero en la que lideró al final de cada jornada. Tiene el objetivo de ser campeón mundial, pero con las filas de Volkswagen, Hyundai y M-Sport al completo, 2016 tampoco parece que vaya a ser su año. Por tanto, Citroën o Toyota han de ser las posibles alternativas para 2017, cuando todas las marcas implicadas se enfrenten con los WRC evolucionados.
 

Por un lado, Citroën tiene una plantilla ganadora, que aún no se ha olvidado de los éxitos de Sébastien Loeb hace apenas tres años. Tras los dominantes y efectivos Volkswagen, Citroën ha sido capaz de defenderse del joven y competitivo Hyundai Motorsport para ser segundos en la clasificación de constructores, además de estar de manera constante en el podio si Ogier, Jari-Matti Latvala y Andreas Mikkelsen no se marcaban un hat-trick. Además, tienen la ventaja de poder utilizar la base del Citroën C-Elysée WTCC para establecer una base mecánica y fiable.
 

Toyota, a su vez, tiene un gran potencial económico – aunque no le sirvió de mucho en Fórmula 1 la pasada década – y a un equipo implicado en la causa, capitaneado por un tetracampeón mundial como es Mäkinen, quien además de tener el visto bueno y personal de Akio Toyoda cuenta con experiencia gracias al establecimiento de Tommi Mäkinen Racing. Pero por lo demás es un equipo que comienza desde cero, por lo que en su primer año (y quizás también en el segundo) va a ser muy difícil que consiga superar a los equipos de cabeza. Para cuando Toyota pueda luchar por victorias, Meeke va a estar acercándose a los cuarenta años – no obstante, si Mäkinen logra su gesta, también podría luchar por el título entonces.
 

Esta decisión puede ser una de las más importantes de su carrera, sino la que más, pero no se sabrá el resultado hasta bien entrado el año 2017 (o quizás más tarde). Sea cual sea, el futuro de Meeke en el mundial debería esclarecerse antes de que termine este año.