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La FIA quiere mantener el equilibrio actual de competitividad que tiene ahora el Campeonato Mundial de Rallyes para cuando llegue la próxima generación, cuya implementación está fechada para 2022. Otro de sus objetivos es el de permitir una normativa que permita que los fabricantes – una vez hayan hecho sus deberes de antemano – puedan llegar al campeonato y ser competitivos del mismo modo que ha demostrado Toyota desde su llegada en 2017, según ha declarado a varios medios el director de rallyes de la FIA Yves Matton.
Toyota, que llevaba apartada de los rallyes desde que terminase el programa con el Corolla WRC en 1999, empezó a planear su retorno al WRC ya en 2014, iniciando unos test con un prototipo fabricado por TMG a lo largo de 2015 antes de que se confiase el proyecto a Tommi Mäkinen y su estructura homónima situada en Puuppola. Desde allí comenzó a gestarse el Toyota Yaris WRC actual a través de un largo proceso de test durante todo 2016. En 2017 ya consiguieron varias victorias (en Suecia gracias a Jari-Matti Latvala y en Finlandia con Esapekka Lappi), subiendo un nivel en 2018 para lograr el título de constructores y pelear con el de pilotos con Ott Tänak hasta la última carrera de la temporada en Australia.
Los fabricantes interesados en la futura normativa del WRC – en un principio los actuales con posibles candidatos, más de uno según ha podido saber Revista Scratch – quieren, por unanimidad, que los World Rally Cars de 2022 sean híbridos. El objetivo de la FIA es mantener el coste de estos coches a un nivel similar a los actuales, además de que el peso tampoco sea mucho mayor con la adición de un sistema eléctrico, lo que incluiría batería, motor (o motores, si se da el caso de colocar uno en cada eje de propulsión) e inversor para coordinar las otras dos partes, elementos que se espera que provengan de un suministrador único.
“La idea es mantener costos similares, haciendo economía técnica en diferentes partes del coche. Que los coches sean más ergonómicos. La idea es mantener un nivel similar de rendimiento y si queremos conseguirlo, tenemos que hacer que los costes sean similares. También queremos mantener el equilibrio existente entre los coches, así como permitir que los fabricantes se acerquen más a su imagen de coches de calle y que una marca pueda llegar al WRC y ser rápido, como lo ha conseguido Toyota”, asegura Matton.
Las líneas principales de la normativa quedarán fijadas en las próximas semanas, esperándose noticias incluso a mediados de junio, en la próxima reunión del Consejo Mundial del Automovilismo. Otro aspecto que se persigue es que se mantenga en todo momento la relación clara entre el coche de calle y el coche que se presenta como coche de rallyes – se espera que se mantengan los coches del segmento B, aunque cabe la posibilidad como ya avanzó este medio el pasado mes de enero de que se permita una vez más la entrada a coches del segmento C.