Cuando a un estamento poderoso, sea del carácter que sea, alguien se la juega, la cara de tonto que se les queda a los dirigentes es aún más sonada. Llegaba el fin de fiesta del Rallye de Suecia, la última especial, la que en sí da más puntos de todas, y la que va a ser retransmitida a todo el mundo. Tras sufrir toda la prueba por su posición de salida, nada nuevo para él, decide junto con su equipo aprovecharse de un vacío del reglamento y se lleva 4 puntos realmente valiosos de cara a su objetivo final, el Campeonato del Mundo de Rallyes, demasiado goloso como para dejar escapar la oportunidad. Nadie mejor que los implicados para saber la importancia de ir sumando SIEMPRE que se tenga posibilidad.
La FIA se quedó en fuera de juego, con cara de tontos, el promotor del WRC enfadado, el Campeón del Mundo ni siquiera salió en la retransmisión y los aficionados confundidos, para unos villano, para otros el más listo de la clase. Ogier y Msport se la jugaron y ganaron, concretamente 4 puntos. Pero a partir de ese momento ya sabían que no tenían más balas en la recamara, y que en cualquier momento se podía volver en su contra. Lo sabían ellos como lo sospechábamos el resto. Una prueba tan solo la ha bastado a la FIA para cobrarse la pieza. Hay que ser siempre muy respetuoso con las actuaciones de todos los comisarios, y estoy seguro que no ha sido algo buscado, pero la ocasión saltó demasiado pronto, sin tiempo a olvidar.
En una de esas soluciones bastante chapuceras, porque hay que ver el “nivelazo” que se está alcanzando en cagarla con las chicanes prueba tras prueba, Ogier cometió un error y los comisarios se lo recordaron con una sibilina sanción que le ha debido de borrar la gran sonrisa con la que había posado minutos antes, sombrero mexicano en la cabeza, con la ciudad de Guanajuato de fondo. Una chicane, chapucera, que se movía solo con mirarla y que tras diversos toques de pilotos anteriores, que los comisarios también “debieron” ver en la retransmisión, aparecía en las imágenes cada vez con una ligera modificación, fue la culpable en esta ocasión. El toque que le dio Ogier, la mejor excusa. El resultado, los cuatro puntos ganados en Suecia, perdidos en México.
El incendio lo tiene montado la FIA con el Power Stage, ¿serán Tanak y Neuville, los que se volvieron saltar la disciplina en México, llamados al orden con alguna sanción a lo largo de la temporada? Habrá que sentarse y esperar. Yves Matton ha llegado en un mal momento al cargo de responsable de rallyes de la FIA, aún no se ha enterado de qué va su cargo y ya tenía que haber actuado tras Suecia. Intentar pactar una solución de caballeros, como se hizo en México, cuando equipos y pilotos se están jugando muchísimo incluso en el Power Stage, ha sido UNA CHAPUZA. Esto sólo se puede arreglar regulando claramente las deficiencias del Power Stage tal como está planteado ahora mismo, lo que parece que sabíamos todos menos el responsable de hacerlo.
Una vez, puede, pero ahora los aficionados, los equipos (sobre todo Citroën, el único que no se ha aprovechado) y los pilotos deben de sentirse engañados, y no hay nada peor que perder la credibilidad en las reglas de un Campeonato. Podían haber apagado el fuego incluso con una Coronita bien fresca, pero lejos de eso le han echado más gasolina al fuego, a la raíz del problema, sin hacer nada, y a las consecuencias, cierto tufillo de persecución a Ogier. O se ponen a trabajar ya, o se les escapa de las manos todo el tinglado.