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Si hablamos de Toyota, es inevitable no relacionar a la marca japonesa con el WRC. Más si cabe si somos españoles, ya que nuestro mejor representante en el mundial, Carlos Sainz, pilotó para ellos durante varios años. Así pues, el retorno de la marca al WRC –luego de su adiós hace casi dos décadas cuando decidieron centrar sus esfuerzos en la F1- ha traído un necesario y melancólico soplo de aire fresco al mundial.
Su aterrizaje mundialista en 2017 vino acompañado de muchas dudas. Luego de una pre-temporada acompañada de muchos problemas de rendimiento y fiabilidad, el equipo encabezado por Tommi Mäkinen supo crecerse ante las adversidades y llegar a Monte-Carlo en buenas condiciones. Allí, en la primera ronda de la temporada, Latvala se apoderó de la segunda posición del pódium final.
Si bien lo sucedido en los tramos del Principado suponía ser un inicio de año que superaba todos los pronósticos, lo mejor todavía estaba por llegar. Sobre la nieve sueca, el expiloto de VW conseguía la primera victoria de la era Yaris WRC, siendo un chute de energía total para el equipo afincado en Finlandia. Desde aquel entonces, el equipo no ha bajado el listón y ha seguido trabajando a destajo.
En Julio, en el Yaris WRC se instalaban ya las primeras mejoras técnicas, que consistían principalmente en pequeños retoques aerodinámicos. Poco después, el equipo de la marca asiática ha decidido subir la puja y acoplar al espectacular Yaris una serie de medidas mucho más sofisticadas, que afectan en gran medida al rendimiento y fiabilidad del motor.
Las actualizaciones en el sistema de carga del turbo, así como el refinado de los cilindros han llevado al equipo a conseguir un motor que entrega un poco más de potencia y par, a la vez que se convierte en un elemento más fiable. En resumen, Toyota ha vuelto al mundial para ganar, y conseguir por lo tanto superar lo logrado ya con otros modelos como el Corolla o el Celica.
En un deporte en el que el físico de los deportistas está siempre en juego, la motivación es algo tan básico como necesario si se quieren conseguir alcanzar grandes metas. En Toyota, Jari-Matti Latvala se siente el número uno, algo que no sucedió durante su época en VW, cuando compartía asistencias con el actual líder del mundial Sébastien Ogier y el noruego Andreas Mikkelsen.
Su llegada a Toyota ha sido para él un gran cambio, así como una fuerte inyección de motivación. Ahora, él sí es el número uno. Además, en Toyota tienen muchas miradas puestas en su joven piloto finlandés: Esapekka Lappi. Pese a su corto bagaje a los mandos de los nuevos WRC, al menos en competición, el expiloto de Skoda ha mandado ya los primeros mensajes de atención.