El máximo responsable de Volkswagen Motorsport Sven Smeets considera que la FIA debe establecer una guía para el camino que tomará el Campeonato Mundial de Rallyes en años venideros. Esta decisión no debería ser tomada ni muy pronto ni muy tarde, teniendo en cuenta tanto los intereses de la propia FIA y de las marcas y el éxito que hasta ahora han obtenido la nueva generación de World Rally Cars.
Volkswagen, desde su marcha del WRC a finales de 2016, se ha centrado en diferentes disciplinas, teniendo ahora su programa de competición eléctrico con el I.D R ganador del Pikes Peak el pasado mes de junio. En más de una ocasión se ha hablado de que en el futuro existan coches híbridos o eléctricos en el WRC, pero de momento es algo que sólo se ha hablado en diferentes reuniones de la FIA según ha averiguado este medio – el plan actual es seguir con los coches actuales hasta 2020 con la posibilidad de extenderlo hasta 2022.
“El WRC necesita algo que conecte con la próxima generación. Si me preguntas cómo va a ser el futuro, no es una respuesta sencilla. Sería muy difícil decir que hay que hacer coches eléctricos para el WRC porque hoy día no es el momento apropiado. Pero algo se tiene que hacer. Es el momento de hablar de ello y establecer una ruta en la normativa técnica para el siguiente paso”, declaró Smeets según cuenta el medio Motorsport.com.
Cada vez más son las disciplinan que cuentan con soluciones híbridas o eléctricas, siendo el referente la Fórmula E y la nueva Electric GT, que ha echado a andar este año con versiones de carreras del Tesla Model S P100D. A partir de 2020 el Mundial de Rallycross contará también con versiones eléctricas de los Supercar con chasis y sistema de baterías único para todos los equipos.
La generación actual de World Rally Cars arrancó en 2017 tras haber sido anunciadas al público durante el verano de 2015, tomando el relevo de la segunda generación que comenzó en 2011. Ahora bien, existen matices a tener en cuenta: de la segunda generación a la tercera no ha habido grandes cambios de ingeniería: motores similares con mayor brida de admisión y una aerodinámica más agresiva.
De cara a esta cuarta generación se habla de llevar motores híbridos, una propuesta mucho más viable que la de montar motores eléctricos a día de hoy si se solucionan algunos aspectos como el de la recarga de energía o la seguridad. Con un motor híbrido se podría utilizar la potencia eléctrica en los tramos de enlace mientras que el motor de combustión se dedique a los tramos cronometrados.
“Esperar hasta 2022 para tomar estas decisiones no sería bueno. Quizás la respuesta es tener después un ciclo de dos años. Eso les daría a los actuales fabricantes tres años, incluyendo el año que viene, pero es tiempo suficiente para cambiar la normativa. Hay que respetar a las marcas que ya están en el deporte pero también algo que atraiga a nuevos equipos. Diría que la FIA debería tener lista la normativa de 2022 listas para el final de la próxima temporada. Todo el mundo puede verlas y se puede decidir cuando quieren implementarlas”, continuó Smeets.
“El campeonato hoy está en una posición muy buena. Cuando estás ahí se puede tener la idea de por qué cambiarlo cuando estás bien así. Pero luego hay que pensar en la posibilidad de cuantos fabricantes están llamando a la puerta para entrar. No he hablado con Yves (Matton, director de rallyes de la FIA), pero me da a mí que no son muchos. Por tanto, estando en una buena posición también te arriesgas a que alguien decida irse y hacer otra cosa.”