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El Rallye de Gales, que se disputa este fin de semana, supondrá la primera de las tres finales que restan dentro del WRC. Ogier-Ingrassia, Neuville-Gilsoul y Tänak-Järveoja se jugarán en tres países diferentes -Inglaterra, España y Australia- la corona de laureles más disputada de las últimas temporadas. Las quinielas son casi impredecibles, y es que en una temporada tan igualada, todo puede suceder.
Thierry Neuville llega con una mínima ventaja a la delicada tierra de Gales, donde tendrá que defenderse de Ogier y Tänak. Por un lado, Sébastien Ogier y M-Sport se ven con la necesidad de lograr un buen papel en el rallye de casa, ya que de fallar, sus opciones tanto en la carrera por el título de pilotos como el de marcas, podrían verse notablemente alteradas.
Por otra parte, el estonio Ott Tänak se planta en Gales con la velocidad de crucero puesta. Sus tres últimos triunfos consecutivos a los mandos del Toyota Yaris le han catapultado de lleno a la lucha por el título. Ahora, Tänak sí ve con posibilidades las opciones de proclamarse campeón del mundo, aunque para ello, tendrá que derrotar al Neuville más seguro de los últimos años y a un Sébastien Ogier que todavía tiene mucho que decir.
Con las espadas en alto, lo que suceda este fin de semana en tierras inglesas podría ser de vital trascendencia para el devenir de un campeonato que se encuentra al rojo vivo. Tres marcas luchando codo con codo por la cabeza del listado de equipos y seis deportistas de los cuáles sólo dos, podrán proclamarse campeones del mundo de rallyes.