El seis veces campeón mundial de rallyes Sébastien Ogier ha completado durante los pasados días 29 y 30 de noviembre sus primeros test de nuevo como piloto de Citroën Racing, probando las capacidades del Citroën C3 WRC. El francés considera que hay potencial en el coche como para pelear por el título en 2019 frente a sus rivales en Hyundai, Toyota y M-Sport.
Tanto él como Ogier como su compañero de equipo Esapekka Lappi han estado rodando en unas carreteras en el Algarve al sur de Portugal – una zona que ya visitó el WRC entre 2002 y 2014. Estos test se han centrado sobre todo en estudiar maneras de mejorar el comportamiento de los amortiguadores, pues la suspensión ha sido uno de los aspectos que más ha tenido que modificar el C3 WRC para estar al nivel de sus rivales en el Campeonato Mundial de Rallyes.
“Es un test importante centrándose en los amortiguadores, que obviamente son vitales en los rallyes. Así que vamos directos en uno de los aspectos más importantes para comprobar y tomar decisiones, lo cual tendrá influencia en el futuro. Hay muchas cosas en el coche que tenemos que mirar y esto va a llevar su tiempo: el diferencial, por ejemplo, pero mi feeling inicial no es muy malo y encontraremos las soluciones adecuadas rápido”, comentó Ogier según el medio Motorsport.com.
Este test será el primero que tengan Ogier y Lappi, estando previsto uno antes de Navidad en los Alpes franceses sobre asfalto, empezando así los preparativos para el arranque del WRC 2019 en Monte-Carlo. Es de esperar que el resto de equipos mundialistas también estén probando con sus respectivos coches por esas mismas fechas. Los dos tienen la desventaja de cambiar de equipo mientras que muchos rivales suyos se quedan en los mismos, conociendo tanto a su personal como a sus máquinas.
Tras las noticias de la marcha de Abu Dabi como patrocinador principal de Citroën, el equipo de Pierre Budar solo alineará dos coches para el francés y el finés quedando claro que su objetivo principal es ganar el campeonato de pilotos (no han ganado ningún título desde la marcha de Sébastien Loeb a tiempo completo a finales de 2012). Toyota y Hyundai tendrán tres coches y, por tanto, más bazas para pelear por el campeonato de constructores.