Sébastien Ogier y Julien Ingrassia han terminado la primera etapa del Rallye de México en primera posición, una etapa en la que se han producido varias bajas entre los pilotos oficiales. Los campeones mundiales lideran con su Citroën mientras que Elfyn Evans se encuentra en segunda posición por delante de Kris Meeke.
Andreas Mikkelsen tenía la tarea de defender su liderato de los ataques de Ogier, que desde el primer parcial salía a por todas con un gran ritmo con una estrategia de neumáticos diferente de cuatro duros y un blando. No obstante, el noruego se encontró con una gran roca que dañó parte de su Hyundai i20 Coupé WRC. Paró durante un minuto y medio y después trató de seguir, pero después volvió a parar y acabó retirándose, otra oportunidad perdida después de que en Monte-Carlo se retirase por accidente cuando marchaba tercero.
Esto elevó a Sordo a la segunda posición a menos de dos segundos del nuevo líder de carrera Ogier, pues el español y su copiloto Carlos del Barrio marcaron el segundo mejor tiempo. Evans, con el único Ford Fiesta WRC de M-Sport superviviente tras el abandono de Teemu Suninen en el bucle matinal, escalaba a la tercera posición por delante de Kris Meeke y Esapekka Lappi, quien había logrado adelantar a Jari-Matti Latvala por la quinta posición.
En la segunda pasada por Ortega Ogier continuó con su marcha, logrando un nuevo scratch pese a que su posición de salida no era tan buena como la de otros rivales. Su compañero de equipo Lappi tuvo una pequeña librada en la que golpeó un árbol pero pudo seguir adelante sin apenas daños, aunque el tiempo perdido hizo que Latvala le volviera a adelantar.
Hasta ahora Sordo había aguantado el ritmo de Ogier y no solo se asentaba en el segundo puesto, sino que mantenía la pelea con el piloto de Citroën. Entonces llegó el desastre: un problema eléctrico en su Hyundai le dejó fuera de combate. No solo se terminaban sus aspiraciones, sino que Hyundai perdía a su hombre mejor situado de cara al campeonato de constructores, recayendo la responsabilidad en un Neuville que en el tramo anterior ya tiraba la toalla según comentaba al final del tramo, sin llegar al ritmo de los de delante. Ogier había pinchado un neumático, pero con la baja del cántabro se quedaba líder de manera holgada.
Así pues, los británicos Evans y Kris Meeke se colocaban en segunda y tercera posición seguidos por los finlandeses Latvala y Lappi de cara a los dos últimos tramos del día, dos pasadas por el tramo espectáculo V-Power Shell Stage de apenas 2,33 kilómetros de longitud. Si bien parecía que no marcaría diferencias, para Tänak fue bastante provechoso dado que logró adelantar a Lappi en la general y Latvala, también con problemas eléctricos, se quedaba fuera de carrera sin poder disputar las pasadas por súper especial en el autódromo de León.
En esta jornada tan dura Ogier acababa líder por 14,8 segundos de ventaja sobre Evans y 21,1 con Meeke. Tänak se encontraba en cuarta posición con dos segundos de ventaja con respecto a Lappi y Neuville, más atrás, en sexta posición con posibilidad de atacar en la segunda etapa, ya que saldrá después de los pilotos que se reenganchen. Marquito Bulacia, Benito Guerra, Alberto Heller y Ricardo Triviño completaban las diez primeras posiciones.