El nueve veces campeón mundial de rallyes Sébastien Loeb considera que sigue manteniendo la misma velocidad en tramos que le llevó a ser el piloto más laureado de la historia del Campeonato Mundial de Rallyes. El alsaciano podría ponerse al volante del Citroën C3 WRC en más sesiones de test que se realicen en el futuro.
A comienzos de agosto Loeb tuvo la oportunidad de sentarse en el C3 WRC para una sesión sobre asfalto, que se disputó sobre suelo mojado y se fue secando a medida que avanzaron las horas. Según el medio Motorsport.com, Loeb fue capaz de efectuar hasta 320 kilómetros, una distancia equivalente a todo un fin de semana del WRC para ver el comportamiento del Citroën.
En condiciones cambiantes, Loeb descubrió que el C3 WRC era muy nervioso, faltándole feeling, algo en lo que coincidió con los pilotos habituales del equipo (Kris Meeke, Craig Breen y Stéphane Lefebvre) y que se ha de solucionar para 2018, objetivo actual del equipo Yves Matton. Eso sí, en condiciones de suelo seco el coche estuvo más a gusto de Loeb.
“Hacer kilómetros y kilómetros de test no es lo más divertido, pero cuando se descubren cosas de un coche que no has conducido el mismo coche durante 15 años está bien. No me veo haciendo test durante todo el año, pero un día de vez en cuando, ¿por qué no?”, aseguró Loeb al medio francés L’Equipe.
“Cuando estaba conduciendo tenía la sensación de que nada había cambiado y que sigo siendo igual de rápido. Pero mi motivación era la de encontrar el potencial de estos nuevos coches y he de admitir que no me esperaba tanta diferencia de velocidad en las curvas y sobre seco”, afirmó el francés.