La Real Federación Española de Automovilismo está recogiendo ya en estos momentos lo que sembró hace varios años con la creación de una de sus iniciativas más acertadas: la Beca Junior R2. Sus dos primeros ganadores, Efrén Llarena y Jan Solans, se encuentran peleando por los títulos que están luchando este año, de manera respectiva en el Europeo de Rallyes y en el Mundial de Rallyes.
La Beca Junior fue una de las primeras grandes ideas que anunció Manuel Aviñó cuando tomó la presidencia de la federación española a finales de 2016 – en concreto, Aviñó anunció la creación de la Beca en los prolegómenos del Rallye Sierra Morena 2017. La idea era clara, crear una manera en la que los pilotos, apoyados por la federación, pudieran competir a nivel internacional y medirse contra pilotos de otros países en algunos de los rallyes más desafiantes de Europa como los que forman el calendario del ERC.
Llarena, junto a su copiloto Sara Fernández, fueron campeones en 2017, saltando al ERC en 2018. En su primer año lograron acabar en tercera posición dentro del Junior U27, renombrado esta temporada como ERC 3 Junior. La dupla española son esta temporada los rivales a batir en la categoría, habiendo vencido en la primera prueba del año, el Rallye Azores, además de tener ya experiencia en los rallyes del calendario del certamen regido por Eurosport Events.
En el caso de Jan Solans/Mauro Barreiro, su campaña 2018 (impoluta dentro de la Beca con seis victorias en seis pruebas) les iba a llevar en un principio al ERC, pero un cambio de última hora les ha situado en el JWRC con los nuevos Ford Fiesta R2T. Suecia trajo la sorpresa de un tercer puesto en condiciones desfavorables mientras que en Córcega, pese a que dos pinchazos les relegaron al cuarto puesto, lograron sumar una cantidad de puntos importante gracias a las victorias de tramo conseguidas.
Hay que tener en cuenta que para ambas duplas la temporada solo acaba de comenzar, por lo que ninguno ha llegado a ganar nada a nivel europeo todavía. No obstante, si que queda claro que tienen tanto la oportunidad de conseguir logros como de continuar completando su aprendizaje, algo muy importante para un piloto.
Sin duda, la fórmula de la Beca Junior R2 funciona con estos dos ejemplos, pero también con la cantidad de inscritos que ha llegado a tener a lo largo de sus tres años de historia, en ocasiones rozando o superando la decena de pilotos. Algunos pilotos han repetido temporadas en la Beca incluso rozando el límite de edad permitido, como es el caso del actual líder de la Beca Pep Bassas: esta será su última temporada en la Beca ya que los pilotos nacidos en 1993 son la fecha límite este año, una cifra de edad que se mantiene desde que se concibió este certamen.
El cambio de última hora del ERC al WRC para Solans y Barreiro también ha estado más que acertado, pues de esta manera las respectivas duplas pueden centrarse en pelear por conseguir los dos certámenes. Si se hubiera seguido el plan inicial, aparte de no tener representación en el JWRC, Solans y Llarena hubieran estado peleando cara a cara por el mismo campeonato.
En un principio estaba previsto que Llarena estaría apoyado por la RFEdA solo en 2018, pero esto se ha extendido también a la temporada 2019. Sabiendo las reducidas posibilidades de tener éxito el primer año que se llega a un campeonato con pruebas tan dispares como es el ERC y como aumentan esas posibilidades una vez ya se tiene experiencia previa de los rallyes, esta decisión es otro acierto por parte de la federación y una gran oportunidad para el piloto burgalés.
Otro aspecto que avala el funcionamiento de la Beca es el hecho de que haya diferentes copas monomarcas, como la Copa Kobe Motor o la Copa Suzuki, que sirvan de trampolín para luego poder competir en la Beca. También se aportan pilotos de copas de promoción como es el Volant RACC, de donde provienen tanto Bassas como el segundo clasificado en la actualidad, Sergi Francolí.
Para este año se ha decidido dar el paso a rebajar la edad para poder competir hasta los 16 años en la Beca (así como en la Copa Kobe), abriendo las puertas a jóvenes talentos. Este año se han inscrito con menos de 18 años Delbin García, Raúl Hernández y Óscar Palomo, los cuales ya han dado sorpresas dentro de la Beca – sin ir más lejos Hernández logró el primer scratch de un menor de edad en el Rallye de Pozoblanco mientras que García consiguió subirse al podio. Sumando esta medida, la aportación de las copas monomarca y de los campeonatos regionales, se consigue establecer una escalera de progresión deportiva que lleva hasta la Beca, la plataforma con la que poder salir a correr fuera de nuestras fronteras.
Por tanto, ya no se trata solo de que la federación española diera un paso acertado al crear esta escalera de promoción como ya habían hecho otros países con mayor o menor acierto, sino que la manera en la que la idea ha evolucionado también ha resultado positiva para el panorama del automovilismo español. Es así como se producen grandes escuelas de pilotos de un país, justo en el momento en el que la cantera de rallyes en España se está volviendo muy prometedora.