Sébastien Ogier tiene una bola de partido en este Rallye de Gales, pudiendo sentenciar su quinto título consecutivo y el primero con el equipo M-Sport. Todo depende de si el francés puede mantener su ventaja actual con respecto a sus dos rivales al título, Ott Tänak y Thierry Neuville.
A lo largo de toda la temporada Ogier ha estado batallando sobre todo con el belga de Hyundai Motorsport, quien llegó a arrebatarle el liderato después de varias victorias consecutivas. No obstante, Neuville ha tenido mala fortuna en los dos últimos rallyes, perdiendo no solo el liderato del campeonato sino también la segunda posición a manos del segundo piloto de M-Sport.
La distancia es de 37 puntos con Tänak y 38 con Neuville – si estas distancias prevalecieran de algún modo, Ogier sería campeón ya que una victoria otorga 25 puntos y el Power Stage otros 5 extra. Por tanto, si cualquiera de los dos lograse hacer esto, aunque Ogier fuera segundo y lograse cuatro puntos del Power Stage el título no se decidiría hasta Australia.
Si es Ogier el ganador del rallye, la distancia ya sería insalvable para Tänak o Neuville – también sería campeón Ogier si termina delante de los dos sin importar la posición, ya que la distancia sería superior a los 30 puntos. La tercera opción que tiene Ogier es la de ceder un máximo de seis puntos con su compañero de equipo y siete con su rival de Hyundai, como menciona el medio Rallye-Sport.
Si estas condiciones no se dieran, la pelea por el título no se decidiría hasta el final de la temporada en Coffs Harbour, una situación que presenta más desventajas para Ogier. Al ser una prueba de tierra fina que se va limpiando mucho a medida que pasan los coches, se verá en una situación comprometida ya que al menos en la primera etapa será el piloto que abra pista como líder del campeonato.