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'O melhor rally do mundo', qué así es como lo conocen en casa, cumple esta temporada nada más y nada menos que cinco décadas de vida. Para seguir escribiendo la historia de una de las pruebas más reconocidas del mundo, el WRC llega a Portugal en estado de gracia. La nueva normativa, y la máxima igualdad que vive el campeonato, avecina un gran fin de semana de carreras en el país vecino.
Así pues, esto ha provocado que nadie quiera perder la oportunidad de poder asistir a los tramos. La gran cantidad de aficionados que se esperan ha provocado un lleno hasta la bandera en la ocupación hotelera de la zona, siendo difícil encontrar un lugar donde pernoctar entre las distintas jornadas de competición. Si tiramos de datos, la prensa local estima que se superarán los dos millones de aficionados.
Ya en 2015, cuando el Rallye de Portugal realizaba su retorno al norte (tras varios años afincado en el sur del país), esta cita generó en la zona norte más de cien millones de euros, tal y como había confirmado en su día Melchior Moreira, responsable de turismo de Oporto y de toda la zona norte de Portugal. Con estos antecedentes, las expectativas son muy buenas para 2017.
Por lo tanto, durante el próximo fin de semana serán muchos los aficionados españoles que crucen las fronteras para vivir en directo la emoción que rodea a la máxima categoría de los rallyes. Con tal cantidad de espectadores, los equipos españoles se sentirán muy arropados durante todo el fin de semana, habiendo muchas esperanzas y miradas puestas especialmente en Dani Sordo y Nil Solans.
La seguridad, un punto clave
Cuando se anunció, al fin, el retorno el WRC a la zona norte del país, la seguridad era una de las grandes preocupaciones. Los antecedentes y la gran masa de aficionados que acuden a este rallye no invitaban demasiado al optimismo, aunque la organización de la ronda lusa ha sabido tomar la direción correcta y este parece ser ya un problema superado.
Para ello, y en materia de seguridad, la organización vecina ha delimitado en todos los tramos zonas para la perfecta ubicación de los espectadores que acudan a ellos. Aunque entre los aficionados, especialmente entre los más veteranos, estas medidas parecen no gustar demasiado, su resultado ha sido muy positivo estos últimos años, no teniendo que salientar indicentes que vayan más allá de los habituales.