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Unos días antes de cumplir los diecisiete años, Oliver Solberg ha podido completar unas jornadas de instituto un tanto peculiares. Hasta Francia han viajado para poder aprender del gran Sébastien Loeb, la figura con los mejores registros de todo del WRC. Sobre el Peugeot 208 R2 con el que habitualmente compite fuera de los circuitos y bajo la atenta mirada de su padre Petter, el joven noruego ha dado un paso más en su formación.
Aunque la jornada de test no terminó de la mejor de las maneras, ya que el joven piloto nórdico sufría una salida de pista, el poder aprender de la mano de dos personajes tan destacados dentro de la especialidad, se reflejará en décimas por segundo cuando los cronómetros se pongan a cero. En una época en la que la edad no importa y los jóvenes buscan su sitio en el mundial cuanto antes, el pequeño Oliver ya va camino de él.
Marquito Bulacia o Kalle Rovanperä son dos buenos ejemplos de que la edad, ya no es un problema en los rallyes. Cada vez con más frecuencia conocemos las historias de pequeños pilotos que, como sucede en otros deportes, arrancan desde muy jóvenes la carrera hacia la cima. Sin tener que traspasar las fronteras nacionales, en nuestro país ya vemos sumar sus primeros kilómetros a uno de estos jóvenes talentos: Raúl Hernández.