Un total de cinco participantes en el Rallye de Portugal se han llevado diversas penalizaciones debido a varias irregularidades con respecto a la normativa técnica. Lo más curioso es que las cinco están relacionadas y los cinco participantes competían con varias unidades del Citroën DS3 R5.
El primero de ellos es el vigente campeón portugués José Pedro Fontes, cuya unidad le faltaba una de las sujeciones del parachoques delantero. Durante unos test se les había dañado un parachoques y, al cambiarlo, se les pasó recuperar la sujeción correspondiente, según aseguraron Fontes y su copiloto Inés Ponte a la FIA – por desgracia, ambos sufrirían un fuerte accidente en la primera etapa de la prueba.
La misma situación se dio para Emil Bergkvist, quien competía con un DS3 R5 dentro de la categoría WRC2 – también lo dañó durante unos test y se les olvidó colocar la sujeción. En el DS3 R5 de Yoann Bonato no faltaba una, sino dos sujeciones del parachoques, siendo un olvido del equipo del piloto francés.
Un caso similar al de Bonato es el que le ocurrió a Simone Tempestini, habiéndose olvidado también de las sujeciones – pero además tenían dos sujeciones del capó instaladas de manera incorrecta, puesto que no calcularon bien el lugar en el que instalarlas. Según Tempestini, era complicado para ellos calcular la posición exacta en la que colocar las sujeciones.
El último de ellos fue el más grave: Yohan Rossel llevaba un nuevo parachoques sin las aperturas superiores y los mecánicos hicieron dos aperturas, cuando por normativa sólo se permiten dos en el lado izquierdo. Esta modificación está en contra del artículo 261-02-3 del apéndice J del código deportivo.
En función de los casos, las multas han variado de manera sensible: muchas de ellas se han limitado a 250 euros, 750 en el caso de Tempestini ya que eran varias piezas más las que estaban de manera distinta a la hoja de homologación del DS3 R5. Debido a la modificación indebida del parachoques de Rossel, en su caso la multa se elevó hasta los 1.000 euros.