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Durante los últimos quince años de historia del WRC, ambos han logrado imponer el habla francesa en el campeonato. Los nueve títulos logrados por Loeb, así como los seis conseguidos hasta el momento por su paisano Ogier, han puesto nombre y apellidos a una racha de éxitos difícilmente repetible no solo en esta disciplina, si no que en ningún otro ámbito del deporte internacional.
Desde 2004 y hasta el 2012, Loeb llevó a lo más alto a Citroën, sumando un dominio aplastante que ha llevado a la firma del doble chevrón a pronunciar su historia dentro del deporte. En 2013 llegaba otro 'Seb' y que hasta el momento ha logrado sumar ya seis coronas, eso sí, con dos marcas diferentes, algo que no ha conseguido anotarse su predecesor Loeb.
Aún fuera de los tramos, y cuando los motores se preparan para volver a rugir, los dos Sébastien también son protagonistas. Si bien en lo deportivo hemos vibrado con uno de los mundiales de rallyes más apasionantes de la historia, fuera de ellos y en tiempo de transición hacia la próxima campaña, Ogier y Loeb han puesto la guinda del pastel. Un cambio de cromos sin precedentes.
El primero en mover ficha fue Ogier, quien confirmaba su regreso a Citroën -la marca que le vio llegar al WRC-, poniendo así punto y final a su exitoso paso por M-Sport. Este movimiento, junto con la pérdida de uno de los apoyos económicos para importantes para la casa francesa, traería daños colaterales, y es que Pierre Budar no podría asegurar un programa parcial con una tercera unidad del C3 WRC para Loeb.
Así pues, el astro francés ha tenido que buscarse la vida y abandonar el grupo PSA a quien ha represenado durante toda su trayectoria deportiva. Casualmente, Citroën y Peugeot han sido las únicas firmas que habían logrado tener en nómina a Loeb. Sin la oportunidad de poder seguir vistiendo de rojo en los tramos del mundial, Loeb ha tenido que escuchar ofertas y encontrar en Hyundai su nuevo hogar.
En los tramos acaparan todas las miradas pero ahora también han logrado hacerlo fuera de ellos. Sin conocer todavía como será su adaptación a sus nuevas monturas, Ogier y Loeb han conseguido que sus apellidos vuelvan a ser lo más sonado, incluso cuando los cronometros están en reposo. 2019 dictará sentencia.