Sébastien Ogier ha asegurado que querría competir en otras disciplinas el día que decida retirarse del Campeonato Mundial de Rallyes. Una de estas posibilidades, la que ha destacado en particular, es la de las 24 Horas de Le Mans, la carrera de resistencia de mayor renombre a nivel mundial y una de las carreras más importantes de todo el mundo.
Ogier, cinco veces campeón mundial de rallyes, ya cuenta con experiencia en circuitos: ha estado en dos ocasiones en carreras de la Porsche Supercup y también ha participado en carreras de GT con un Audi R8 LMS y un Ferrari F430 Scuderia, tal como recuerda el medio Motorsport News. En verano de 2017, gracias a su patrocinador principal Red Bull, pudo probar un monoplaza de Fórmula 1 del equipo Red Bull Racing.
“Cuando deje el WRC me gustaría probar otra cosa, desde luego. Me gustaría hacer Le Mans algún día, eso es algo que tengo claro que me gustaría hacer. Pero también podría haber otras cosas. Estoy seguro de que encontraré alguna otra opción, porque quedarse en casa teniendo 33 años… es un poco pronto, pienso yo. Yo me aburro enseguida”, declaró Ogier.
“Estoy seguro de que habría otra clase de carreras para mí. Ahora mismo me estoy centrando en el WRC porque ahora mismo es un campeonato muy intenso y quiero pasar también algo de tiempo en casa y cuidar de mi familia también”, añadió el cinco veces campeón mundial.
Ogier no es el único piloto de rallyes que ha participado en Le Mans: su compatriota Sébastien Loeb corrió en 2006, siendo capaz de acabar en segunda posición a los mandos del Pescarolo-Judd número 17 (acabando entre los dos Audi R10, entonces la fuerza dominante de las 24 Horas de Le Mans). En 2004 Colin McRae también se atrevió con la mítica carrera francesa con un Ferrari 550 Maranello de Prodrive (estructura que ya conocía de su época en Subaru), acabando tercero junto a Darren Turner y Rickard Rydell dentro de la categoría GTS y noveno absoluto.