Nil Solans y Miki Ibáñez han logrado un hito importante para su futuro deportivo. Incluso clave. Los dos títulos conseguidos este año en el marco del Mundial de Rallyes -WRC3 y JWRC- les abren las puertas del Mundial. Se han ganado a disputar siete rallyes del mundial con un WRC2, lo que equivale a disputar el Mundial en esta categoría, antesala de dar el salto a la categoría reina. Los WRC+.
La afición puede felicitarse por ello. Yo los felicito a ambos y he decid que he vibrado mucho con su trayectoria este año. Es cierto que quizás haya habido menos pilotos implicados en la batalla, pero no por ello ésta ha sido menor feroz, ni debe minusvalorarse el dominio de Nil: Cuatro victorias y dos segundos puestos en seis pruebas prueban lo merecido de la corona; también los puntos extras conseguidos por las especiales ganadas; quizás podría haber sumado más, pero ha sabido gestionar bien su ventaja inicial pensando en clave de campeonato.
Podemos pensar que Nil ha hecho lo más difícil. Pero pienso que eso es falso. Pese a las dificultades superadas, ha hecho lo más fácil. Ahora viene lo difícil, aprovechar la oportunidad en WRC2, categoría despiadada, frente a fallos con espolones, que conocen muy bien y desde hace años el Mundial, algunos de ellos apoyados directamente por fábrica.
Miremos a algunos de los pilotos que hoy son protagonistas del Mundial. Por ejemplo, Ott Tänak, Mads Ostberg, Juho Hänninen y algunos más. Llevan años -repito, años- compitiendo al máximo nivel, pero como privados o en los team B. Posiblemente si fueran españoles no habrían llegado.
No es que piense que en el Mundial menosprecien a los pilotos de nuestra casa. Sólo que los antes citados -incluso otros como Breen, Meeke y algunos más- han dispuesto de tiempo, disfrutado de un programa a largo plazo por parte de patrocinadores. Esto les ha permitido coger experiencia, mejorar el pilotaje, conocer las pruebas... con sólo dos pasadas a baja velocidad se necesitan dos o tres años mínimo para poder andar realmente deprisa en un rally. Pero la paciencia, el pensar a largo plazo, no parece comulgar con nuestra forma de ser: queremos que todo salga ya. Lo fiamos todo al talento y olvidamos que el talento sin trabajo duro y arduo no es nada.
Lo ideal sería que Nil supiera que además de las siete pruebas del Mundial tuviera la oportunidad de alguna extra antes para adaptarse al coche… y sobre todo tener encarrilada la continuidad en 2019 pase lo que pasa. Para poder afrontar en 18 sin la presión del ‘camina o revienta’, de tener que obtener resultados de inmediato para conquistar la continuidad.
Esa espada de Damocles que los pilotos españoles sienten sobre sus cabezas. ‘Cohete’ Suárez o Pepe López saben muy bien lo que es eso. Como lo supieron en su momento Dani Sordo, Xevi Pons y Dani Solà, que precedieron a Nil Solans en lo de conseguir coronas en campeonatos JWRC o similares.
En esta ascensión al Everest que es el ascenso al Mundial, Nil y Miki han llegado al campamento base. Pero hay dos o tres campamentos más a conquistar antes del asalto a la cima. El primer asalto el próximo año.