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Kris Meeke ha tenido que abandonar en la segunda jornada del Tour de Córcega en lo que ha sido un bucle breve y definitorio. El británico de Citroën Racing ha sido capaz de marcar el mejor tiempo en el tramo más complicado de todo el recorrido sólo para chocar en los primeros cuatrocientos metros del siguiente.
Los más de cincuenta kilómetros de La Porta – Valle di Rostino 1 han sido el escenario de una de sus mejores actuaciones ya que apenas ha competido con el coche sobre asfalto este año. Parcial a parcial ha superado tanto a Sébastien Ogier como a Andreas Mikkelsen, demostrando que una lucha por la victoria era más que posible incluso con un coche con menos desarrollo que el Volkswagen Polo R WRC.
No obstante, una roca nada más empezar Novella – Pietralba 1 ha acabado con sus posibilidades de remontar cuando ya era octavo en la general. Al golpear el obstáculo ha perdido el control de su DS3 WRC y se ha estrellado, aunque sin sufrir consecuencias personales ni él ni su copiloto Paul Nagle.
Este bucle ha reflejado lo que ya le ocurrió tanto en Montecarlo como en Suecia: capaz de pelear contra Ogier cara a cara en un tramo, pero una piedra escondida le ha vuelto a jugar una mala pasada. Pese a ello, el británico se siente optimista al año que viene, donde contará con el nuevo C3 WRC que él mismo se ha encargado de desarrollar durante el último medio año.