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Malcolm Wilson ha comentado que las impresiones que ha tenido al ver trabajar en su coche a Sébastien Ogier coinciden con lo que le habían dicho acerca del tetracampeón mundial. El máximo responsable de M-Sport continúa utilizando todas sus bazas para que el francés luzca los colores de la escudería de Cumbria de cara a la temporada 2017 del Campeonato Mundial de Rallyes.
Ogier realizó un test el pasado viernes veinticinco de noviembre, apenas dos días después de haber estado en España con Toyota y el día después de la fiesta de despedida de Volkswagen. Tras la fiesta, se montó en el mismo Fiesta RS WRC (el prototipo de 2017) que Ott Tänak había probado el jueves veinticuatro, utilizando el tramo de Rheola ubicado al sur de Gales.
“Fue muy interesante ver a Seb en el coche. La gente ya me había comentado que era muy directo y muy fácil de trabajar con él y eso fue exactamente de lo que me percaté. Primero comenzó a probar con los reglajes de Ott del día anterior pero después hizo algunos cambios para ver cómo reaccionaba el coche a esos cambios”, declaró Wilson al medio Autosport.
Aunque la mayor baza de M-Sport es un coche que promete bastante, el bajo presupuesto del equipo (en comparación con las marcas oficiales) es su mayor inconveniente. Por otro lado, Ogier tampoco ha desvelado sus sensaciones del coche después del test en Gales.
En el caso de Toyota, se cree que Tommi Mäkinen ha llegado a ofrecerle un contrato de hasta diez millones de euros, pero el equipo aún está en fase de crecimiento comparado con sus rivales. El Yaris WRC, aunque tiene una buena base, no es de momento un coche con el que hacerse con el quinto título – Ogier notó durante el test que el desarrollo de la suspensión aún necesita mucho trabajo por delante, además de los problemas de fiabilidad que ha demostrado el prototipo durante los últimos meses.