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Tommi Mäkinen ha declarado que el test que realizó Toyota Gazoo Racing con Sébastien Ogier se realizó en una carretera inapropiada, llevando a que el francés se llevara una mala impresión del Yaris WRC. Ogier acabó fichando por el equipo M-Sport unas semanas después, tras haber tenido un mejor sabor de boca del Ford Fiesta WRC tras un test en Gales.
El test que Toyota y Ogier realizaron fue en Cataluña, una sesión secreta en la que apenas se pudo probar la presencia del tetracampeón mundial o su copiloto Julien Ingrassia. Una vez acabado el test, se reportó que se había quejado sobre todo del funcionamiento de la suspensión del Yaris WRC, el cual cree que necesita un gran trabajo de desarrollo tras meses de pruebas por parte del propio Mäkinen y Juho Hänninen, quien ha regresado con Toyota a la máxima categoría.
“Cuando probó nuestro coche, lo hizo en una carretera mala sobre asfalto. No creo que fuera un buen test y que pudiera ver lo que realmente tiene que ofrecer nuestro coche”, declaró Mäkinen según recoge el medio Rallye Magazin en respuesta a las impresiones de Ogier.
Semanas después en lugar de Ogier, Mäkinen pudo asegurarse los servicios del también ex piloto de Volkswagen Jari-Matti Latvala. Andreas Mikkelsen realizó una mejor temporada 2016 que Latvala, pero Mäkinen se decantó por la experiencia del que fuera subcampeón mundial en 2014 y 2015 – formando una alineación cien por cien finesa junto a Hänninen y el campeón de WRC2 Esapekka Lappi.