Mads Ostberg se ha desplazado hasta el sur de Francia para realizar una jornada de test con Citroën Racing, volviendo a los mandos del Citroën C3 WRC. Es la primera vez que toma el coche este año, pudiendo ver los cambios realizados en el coche después del feedback que han dado Sébastien Ogier y Esapekka Lappi a los ingenieros del equipo liderado por Pierre Budar.
Habiendo pilotado el C3 WRC durante buena parte de 2018 – al principio de manera ocasional y a partir de Cerdeña como piloto oficial, Ostberg conoce de sobra las capacidades de la máquina de Versalles. Ahora bien, Ogier y Lappi han estado probando el coche tanto para prepararse para la temporada 2019 como para refinar la máquina con la que Citroën pretende volver a lo más alto en el mundial después de varios años sin títulos.
Aunque el piloto noruego se ha quedado sin asiento en la categoría máxima, estará presente en el Campeonato Mundial de Rallyes anclado a la marca de los dos chevrones. Será uno de los dos pilotos que representen a Citroën en la nueva categoría WRC2 Pro, llevando un Citroën C3 R5 gestionado por la estructura belga DG Sport.