Es casi antinatural. Va contra la corriente y la lógica de un campeonato que trata de hacer emerger nuevos talentos que den continuidad y frescura al formato. Poco menos que una obligación, esa de que los jóvenes deben estar ahí, en el escaparate, y que los mayores tienen que dejar paso. Pero Hyundai lo ha hecho, y ha sentado a Mikkelsen. O más bien, le ha sentado Loeb.
Ahora bien, si Mikkelsen no da los resultados que una marca que compite por lograr un campeonato del mundo exige y necesita para alcanzar este objetivo, lo lógico es que se de esta situación. Y no es que se le esté quitando una oportunidad a un joven. Porque la tiene, o la ha tenido. Simplemente es que los resultados –y por ende la confianza de la marca- de alguien con 45 años han sido mejores, y le han elegido en detrimento del noruego.
Para mí lo injusto es que un joven con proyección y resultados se quede sin el apoyo necesario que le brinde la continuidad deportiva que demanda, y no esto.