Eric Camilli y su copiloto François-Xavier Buresi han sido los protagonistas de un final espectacular en el atardecer de la segunda etapa del Tour de Córcega. Cuando estaban peleando por la primera posición en la categoría WRC2 contra Fabio Andolfi, su Volkswagen Polo GTI R5 ha salido ardiendo en el último tramo de la jornada más larga de toda la prueba francesa del Mundial de Rallyes.
La acción continuaba en WRC2 con Camilli al frente seguido de sus perseguidores, el más cercano de ellos Yoann Bonato en su Citroën C3 R5. Por desgracia para el campeón de Francia de asfalto, un accidente en el segundo tramo del día truncaba sus opciones de subirse al podio de la segunda división, dejando a Nicolas Ciamin como segundo clasificado por delante de Andolfi y Nikolay Gryazin. Detrás acechaban el ex campeón europeo Kajetan Kajetanowicz y Ole-Christian Veiby, recuperándose tras un pinchazo en la primera etapa.
Todo parecía estar en calma hasta llegar al largo tramo de Castagniccia y sus 47 kilómetros, en el que ocurrió de todo: primero Camilli pinchaba un neumático y perdía varios minutos, después Ciamin se quedaba fuera de carrera en la primera parte del tramo y unos parciales más tarde era Kalle Rovanperä, líder en WRC2 Pro, el que sufría un accidente y tenía que abandonar. Andrea Nucita, yendo muy rápido con su Hyundai i20 R5 (no prioritario), tuvo un fuerte accidente cuando rodaba entre los diez primeros de todos los R5 al tropezar con un badén. Esto hizo que el tramo tuviera que ser neutralizado.
Con todo este caos Andolfi se colocaba líder de la categoría seguido de Camilli, Gryazin, Kajetanowicz y Veiby, todos ellos en menos de un minuto. Takamoto Katsuta se veía en el sexto puesto con Rhys Yates a su estela y Lukasz Pieniazek sobreviviendo como el único WRC2 Pro en pista tras el abandono de Rovanperä.
Para el segundo bucle Camilli volvía a la carga y marcaba un nuevo scratch para situarse a menos de diez segundos de Andolfi mientras que Kajetanowicz, víctima de un pinchazo, cedía una posición ante Veiby. Todo parecía indicar que el francés, que estuvo muy presente en el desarrollo del Polo GTI R5, acabaría el día en cabeza hasta que en el último tramo del día su coche prendió fuego, ardiendo de manera espectacular en mitad del recorrido que tuvo que ser neutralizado casi al instante. Justo donde se paró Pieniazek sufría un fuerte accidente, chocando contra una piedra tras ser escupido por la suciedad del interior de una curva de derechas.