En el Rally de Croacia sobresalió la dominante figura de Kalle Rovanperä. El finlandés dominó con mano de hierro en la jornada del viernes y se construyó un liderato importante. Sin embargo, un pinchazo en la siguiente jornada ocasionó una pérdida de tiempo considerable. El piloto de Toyota seguía al frente de la clasificación, pero con Ott Tänak a una distancia incómoda. El estonio se volvió a alejar, aunque no de forma definitiva.
En la última etapa apostó por cuatro neumáticos blandos y dos de lluvia, una decisión con la que arrebató la batuta de mando al nórdico justo antes del Power Stage final: "Fuimos muy listos con nuestra elección de neumáticos y con la forma en la que gestionamos las condiciones. El equipo hizo un gran trabajo el domingo y durante todo el rally, siempre tuvimos el compuesto correcto en comparación con nuestros rivales".
El estonio desconocía si ese movimiento jugaría a su favor, ya que la lluvia no estaba garantizada. El amplio colchón con su perseguidor le incitó a probar: "Nuestro meteorólogo estuvo fantástico. Incluso por la mañana no estaba seguro sobre la lluvia, era más como una oportunidad y con el de detrás teníamos una buena ventaja. No sentí que estuviésemos arriesgando demasiado. Personalmente, quería tomar ese riesgo".