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Kris Meeke se encuentra en una posición de cara al Rallye de Suecia cuyo resultado va a estar influido de manera irremediable por la climatología. Tras su abandono en Monte-Carlo, el irlandés sale entre los últimos pilotos de la máxima categoría del Campeonato Mundial de Rallyes a los mandos del Citroën C3 WRC con el dorsal número 7.
El británico tuvo un Monte-Carlo difícil, abandonando tanto en la primera etapa como en la segunda, retirándose tras un accidente en el que no tuvo culpa y le dejó sin poder optar a puntos para el Power Stage. Además el C3 WRC se mostró bastante inestable y nervioso en los tramos donde Meeke era competitivo, tocando fondo en algunos puntos de la primera etapa aunque era capaz de combatir por las posiciones de podio.
Algunos puntos de Suecia – en concreto Karlstad, donde se realiza la primera súper especial – apenas tienen nieve debido a unas temperaturas menos invernales de lo habitual, aunque sin llegar a los extremos de 2016. En torno a Torsby sí hay más nieve, pero lo que predomina son capas de hielo que, una vez se derritan, dejan pistas de gravilla que pueden destrozar los clavos de los neumáticos, limitando el agarre en pista de los coches.
“Si nieva antes de la salida, entonces mi posición para la primera etapa va a ser ideal. Por otro lado, tendríamos desventaja si las temperaturas son más altas porque entonces el hielo se derrite. De todos modos, vamos a dar lo mejor de nuestra parte”, declaró Meeke según recoge Rallye Magazin.