Japón está más cerca de nunca de regresar al calendario del Campeonato Mundial de Rallyes después de una reunión celebrada en el país entre Oliver Ciesla (máximo responsable de WRC Promoter) y Keiji Furuya, miembro del parlamento japonés. Se espera que esta prueba entraría en la parte final del calendario, entre los meses de noviembre y diciembre.
Con la llegada de Toyota como fabricante oficial y sus grandes éxitos (logrando el campeonato de constructores en su segundo año), el interés en el país del sol naciente ha crecido de forma exponencial. WRC Promoter está interesado en expandir el calendario a nuevos mercados, para hacer así del certamen un campeonato mundial propiamente dicho y conseguir así una mayor repercusión del mismo.
En cuanto a la ruta prevista, el rallye se extenderá por las prefecturas de Gifu y Aichi ya que son las regiones que han apoyado el rallye y se cree que ya han firmado con WRC Promoter. Siendo en 2020, será un año de gran protagonismo deportivo para Japón ya que el rallye se celebrará tras los Juegos Olímpicos de Tokio (entre julio y agosto), así como después de los Juegos Paralímpicos (entre agosto y septiembre).
Según cuenta el propio Furuya en su blog, se espera que haya detalles a nivel oficial el día 14 de junio, cuando se celebre la próxima reunión del consejo de la FIA. En esta misma reunión podrían conocerse más detalles, sin ir más lejos los de la normativa de la próxima generación de World Rally Cars, si serán híbridos (y su funcionamiento concreto) o continuarán solo con motores de combustión o si se mantienen los Segmento B o se da la posibilidad de una vuelta de los Segmento C como ocurría en la primera generación de World Rally Cars.
Ahora bien, con la llegada de Japón cabe pensar que alguna prueba del WRC tendrá que ceder su puesto, ya que será complicado que las diferentes marcas involucradas en el campeonato acuerden un calendario de 15 rallyes con la escalada de costes de logística. Cabía la posibilidad de que hubiera recalado en el calendario 2019, pero en lugar de Japón fue Chile la que aseguró su entrada.