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Jan Solans y Mauro Barreiro están más cerca de nunca de glorificarse como campeones del JWRC, liderando la categoría en el Rallye de Gales a falta de los cinco tramos que componen la tercera y última etapa. La dupla del Rallye Team Spain ha evitado errores innecesarios y gestionan una renta saludable de más de tres minutos con respecto a su rival más directo, Tom Kristensson.
Tras el pinchazo de Kristensson, la situación cambiaba de manera radical no solo para la carrera sino también de cara al título: aunque Solans tenía una situación controlada, no dejaba de ser una tarea difícil llegar hasta el final sin cometer errores. Los puntos por cada scratch de tramo, con menos de 10 tramos por disputarse, ya no le servían a Kristensson puesto que la diferencia entre ganar y quedar segundo en este rallye, al puntuar doble, era de 14 puntos.
El español se dedicó a dosificar su ventaja frente a su rival directo y ocurrió de una manera curiosa: penalizando antes de entrar al tramo de Dyfi de modo que Kristensson sería quien saliese delante de él, dejando roderas de tamaño similar en lugar de seguir las roderas de los R5 con una anchura diferente al de sus Ford Fiesta R2T19. Al final del tramo le sacaba otros 5 segundos más, manteniendo su saludable renta de cara al tramo espectáculo de Colwyn Bay.
Al final del día, que terminó con otro scratch más de Radström, los del Rallye Team Spain se veían con una renta de casi tres minutos y medio con respecto a Kristensson, teniendo la misión de no cometer ningún error para conseguir el ansiado título y rematar el trabajo de todo un año. Sean Johnston mantenía la tercera posición por delante de Enrico Oldrati, Ryan Booth y Keanna Erickson-Chang, además de los reenganchados Tom Williams, Radström y Roland Poom - faltaba en la lista Fabrizio Zaldívar, quien no salió al último tramo del día.