Éxito rotundo para las camisetas con frases míticas del Rallye de Finlandia
Las existencias se agotaron en casi todas las tallas a lo largo del fin de semana
Uno de los aspectos que más destacaron en el parque de asistencias del Rallye de Finlandia fue la producción de camisetas con frases míticas de pilotos del Campeonato Mundial de Rallyes. Las existencias ya se estaban agotando durante la tarde del sábado del rallye, antes de que llegase a terminar el fin de semana.
Estas camisetas fueron un gran atractivo en las tiendas, si bien se podían ver también gorras promocionales de la prueba. De su precio total, una sexta parte de cada una de estas camisetas (que cuentan tanto con el logo del rallye como con el del WRC) está destinado a financiar una campaña para la seguridad vial en Finlandia.
La primera de estas camisetas hace referencia a una mítica frase que pronunció Marcus Grönholm en el Rallye de Turquía de 2004 (donde acabó segundo). En uno de los tramos pisaron una barra de acero que atravesó el asiento de Timo Rautiainen, partiéndole dos huesos. La respuesta gráfica de Grönholm se convirtió en viral al instante, dando lugar a la frase:
La segunda de ellas es ‘Maximum Attack’ una referencia a Markku Alén, una frase que pronunciaba cuando estaba a punto de darlo todo e ir a por la victoria. Alén, campeón mundial en 1978, fue uno de los grandes Finlandeses Voladores, ganando carreras para Fiat en los años setenta y Lancia hasta la década de los ochenta, pasando por casi todos los modelos icónicos de la marca (Stratos, 037, Delta S4 y Delta HF Integrale).
‘Para llegar primero, primero hay que llegar’ es el lema de la tercera camiseta y una idea muy afín para ayudar a la financiación de un programa de seguridad vial. Es una frase más que extendida en el mundo del automovilismo, si bien su origen no viene de los rallyes sino del pentacampeón mundial de Fórmula 1 Juan Manuel Fangio. El astro argentino corría en una época en la que la seguridad era un asunto casi anecdótico, corriéndose a principios de la década de los años cincuenta sin siquiera cinturón de seguridad o vestimenta ignífuga.
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