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Un año más, la caravana del Gran Circo se vino para España a primeros de febrero para cubrir los tests de pretemporada en Jerez (como os contaron al dedillo por aquellos días los compañeros de \'SafetyCar\'). Pero es que, poco después, los equipos del Mundial de Rallyes, también...
Durante unos días (y aunque aún no fuese Semana Santa...) los caminos de Almería se convirtieron en una procesión de WRC. Hyundai, Volkswagen, después Citroën... El i20, el Polo, el DS3... Todos estuvieron probando allí, en las áridas y polvorientas pistas del sur, por las que cruzaba Clint Eastwood al galope, envuelto en su poncho, al compás de aquellas punzantes melodías de Ennio Morricone que ponían música a los míticos spaghetti western de la década de los sesenta. Solo que, esta vez, en lugar de los herrajes de un caballo o el disparo de un revólver, como entonces, cuando se rodaban películas por aquellas tierras, lo que se oyó incesantemente durante varios días en los caminos almerienses fueron las muestras de júbilo del público andaluz, y, sobre todo, el rugido de los WRC.
Para redondear la tournée por España de los equipos del Mundial, M-Sport no iba a ser menos, y decidió hacer parada y fonda la semana pasada en Cataluña, en las pistas de Lérida donde van siempre a hacer tests, en las que llevan probando sus máquinas por lo menos, por lo menos, desde los tiempos de Sainz con el Escort de Repsol...
Vamos que, al final, entre el uno, el otro y el que vino después, todos los equipos oficiales del Mundial de Rallyes se pasaron por España durante el mes de febrero, con sus imponentes tráiler, sus ingenieros, sus pilotos, sus mecánicos, sus preciadas máquinas... para montar su chiringuito a la sombra de algún pinar, en plan asistencia rápida de las de antaño (\"¿hay algo más bonito que un coche de tests, todo blanquito, impoluto, sin pegatinas?...\"), y probar y probar sus máquinas, un día tras otro, (que si amortiguadores, diferenciales, barras estabilizadoras, compuestos de neumáticos, desarrollos de cambio, muelles...), antes de recoger los bártulos y marcharse con el petate para México.
Mientras, los aficionados locales, andaluces y catalanes, cámara al hombro, sin perder detalle del asunto, frotándose las manos y disfrutando del espectáculo a pie de tramo... Y los mecánicos e ingenieros, pálidos del crudo invierno de Alemania o Inglaterra, encantados, claro, tostándose al Sol en los ratos de asueto, como cuando vienen en verano a nuestro país. Así, todos contentos, mira... España, sin duda, es tierra de tests...