El nuevo piloto de Citroën Racing, Esapekka Lappi, ha comentado algunas de las diferencias entre su nuevo Citroën C3 WRC y el coche que ha pilotado durante las últimas campañas del Campeonato Mundial de Rallyes, el Toyota Yaris WRC. Lappi llega al equipo francés después de haber corrido con el equipo de Tommi Mäkinen un año y medio, además de haber sido piloto de pruebas en sus primeros meses.
Lappi ha tenido la oportunidad de probar el coche primero en una sesión sobre gravilla en el Algarve el pasado mes de noviembre antes de estar en los test previos al Rallye de Monte-Carlo, sobre asfalto en los Alpes Franceses. El finés ha rodado después de que lo hiciera su nuevo compañero de equipo Sébastien Ogier, beneficiándose de los retoques en los reglajes y el desarrollo del coche propiciados por el feedback del seis veces campeón mundial.
“La vista desde el interior del Citroën es más complicada porque el parabrisas es más estrecho y el capó es muy alto. En el Toyota baja muchísimo más. Por tanto has de ir sentado más alto en el C3. El motor del Citroën tiene más potencia a altas vueltas que el del Toyota, pero este último tiene un manejo mejor”, declaró Lappi.
“Sin embargo, en lo que es transmisión de potencia, el Citroën está por delante. Sobre todo en gravilla parece haber mucho potencial que queremos utilizar. Tenemos el objetivo de hacernos un hueco entre los cinco primeros pilotos”, continuó Lappi según recoge el medio germano Rallye Magazin.
El C3 WRC es un coche que ha evolucionado bastante desde su concepción original sobre todo en términos de geometría de suspensión, volviéndose cada vez más competitivo y más regular conforme han pasado los rallyes. Además de las dos victorias de Kris Meeke en 2017 y el triunfo de Sébastien Loeb en España el pasado mes de octubre, Craig Breen, Mads Ostberg y Andreas Mikkelsen han conseguido subirse al podio con el coche de la marca de los dos chevrones.