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Cumplía cincuenta años y su celebración fue todo un éxito. El campeonato del mundo de rallyes llegaba a Portugal con grandes expectativas, y estas parecen haberse cumplido con buena nota. Pese a la gran afluencia de público, algo habitual en los rallyes del norte portugués, la organización pudo sacar adelante todos los tramos sin contratiempos, más allá de los ocasionados por el devenir de la competición.
Aunque por el momento no se han dado cifras oficiales de afluencia de público en el mítico tramo de Fafe, la dirección de la prueba sí ha confirmado que en el tramo inaugural del rallye, disputado en el circuito de Lousada, se dieron cita más de veinte mil espectadores. Además, a lo largo del fin de semana, fueron decenas de miles los aficionados que se agolparon en las cunetas de las distintas especiales.
Si en los tramos el ambiente era espléndido, en las inmediaciones de Matosinhos, lugar en el que se ubicaba la zona de asistencias, así como en alguna de las zonas de enlace más céntricas, también el número de curiosos y aficionados era importante. Con estas cifras, ligadas al éxito de la competición, será muy difícil que el Rallye de Portugal vuelva a apartarse de la zona más al norte del país.
En lo deportivo, la competición también estuvo bastante animada, especialmente en la jornada del viernes, ya que un buen número de pilotos terminaron el día separados por distancias mínimas. Finalmente, Sébastien Ogier conseguía sumar su quinta victoria en Portugal y la segunda del año para él y M-Sport. Muy cerca de casa, el español Dani Sordo lograba subir al podio.