El Rallye de Gales va camino de tener una estructura diferente al resto de pruebas del Campeonato Mundial de Rallyes, en caso de que los equipos acepten la propuesta del organizador del rallye y de la FIA. El Power Stage podría no ser el tramo final del rallye, como se ha dictaminado en todas las pruebas con este elemento que se han celebrado hasta el momento.
La disputa que había erupcionado días atrás entre la FIA y los organizadores del rallye consistía en que el último tramo del itinerario era el Great Orme – Llandudno, un tramo de asfalto que pasa por las calles del pueblo, todo lo contrario a las carreteras de tierra y barro localizadas en los bosques de Myherin de las que se compone el itinerario. Este aspecto contravenía parte de la normativa deportiva del WRC, ya que el Power Stage ha de ser un tramo representativo de toda la prueba.
Ahora bien, el compromiso al que se ha llegado es que el Power Stage sea uno de los tramos del domingo, pero no el Great Orme – según medios como Motorsport News, el candidato principal es la primera pasada por el tramo de Gwydir, celebrado horas antes de la pasada final por el Great Orme. En la edición de 2013, este mismo tramo fue el que inició el rallye bajo una oscuridad casi total, mientras que en otros años (por ejemplo en 2017, cuando sólo se hizo una pasada) se ha movido al domingo.
La cobertura televisiva es vital para comprender todo este dilema, ya que resulta imprescindible poder crear contenido audiovisual – y el Power Stage es importante para el campeonato, además de haber sido en años anteriores el tramo que más se difundía hasta la llegada del WRC Live completo. Dado que Gwydir también tendrá cobertura televisiva en directo, supone una opción interesante.
La presentación original iba a tener lugar el pasado 17 de abril, pero se canceló debido a que la FIA había rechazado firmar el itinerario original que se proponía (es decir, con el Power Stage sobre asfalto). Según Motorsport.com, el lanzamiento ha sido trasladado al lunes 30 de abril.