El calor, archienemigo de los nuevos WRC

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Las altas temperaturas en los motores provocaron estragos durante la primera etapa del Rallye de México, en concreto en la única pasada por El Chocolate (puesto que la primera pasada que estaba organizada se canceló horas antes). Casi todos los equipos del Campeonato Mundial de Rallyes se encontraron con problemas en sus respectivas monturas.
 

Jari-Matti Latvala limpiaba pista en el tramo de más de 54 kilómetros de longitud y, cuando llegó, argumentaba que tenía sobrecalentamiento en el motor, además de estar afectado tanto los frenos como el diferencial central. Al final de la etapa el finés paró y descargó más de dos litros de agua sobre el sistema de refrigeración del Yaris WRC para poder llegar de una pieza al service.
 

Por su parte, los Ford Fiesta WRC de Sébastien Ogier, Ott Tänak y Elfyn Evans no sufrieron tanto como sus rivales, aunque desde El Chocolate ya saltaba en el cuadro de mandos de los pilotos las alarmas de sobrecalentamiento. Tänak, al igual que Latvala, tuvo que activar el mapa de motor de modo de enlace para que no sufriera más daños, aunque ni Ogier ni Evans tuvieron problemas tan acentuados (el galés ya tuvo bastante teniendo que cambiar el motor tras el shakedown, recibiendo una penalización de cinco minutos). Lorenzo Bertelli, por su parte, tuvo que parar durante veinte minutos en el primer tramo, pero pudo completar la etapa.
 

Los más perjudicados fueron, sin duda alguna, los Hyundai i20 Coupé WRC, teniendo los tres el mismo problema de pérdida de potencia. Si bien al principio no dieron tantas alarmas y se mostraban competitivos – los tres estaban peleando por el podio – en los tramos súper especiales se vinieron abajo. Hayden Paddon sufrió primero el problema en el tramo de Guanajuato y Dani Sordo y Thierry Neuville en las pasadas por el Autódromo de León. En el caso de Neuville apenas perdió tiempo y se mantuvo tercero en la general, pero el cántabro fue sacado del tramo y, al no considerarse como tramo completado, acabó el día con diez minutos de penalización tras haber estado peleando frente a Ogier y Neuville.
 

La cara de la moneda se la llevó Citroën Racing, con sus dos C3 WRC mostrándose fuertes y Kris Meeke liderando la etapa por más de veinte segundos sobre Ogier. El medio Rallye Magazin argumenta que la experiencia del equipo con el C-Elysée TC1 del Mundial de Turismos ha ayudado a construir un coche que sea menos propenso a sufrir con las altas temperaturas.