Dani Sordo ha estado cerca de conseguir un segundo podio en el Rallye de Polonia, algo que no consigue desde su segundo puesto en 2009 cuando militaba en Citroën. El piloto de Hyundai Motorsport ha soportado unas condiciones duras durante todo el fin de semana, pero ha sabido mantenerse sin más problemas que algunos pinchazos a lo largo de los más de 300 kilómetros cronometrados de los que constaba el itinerario de la prueba del Campeonato Mundial de Rallyes.
En el primer tramo de la última etapa el piloto de Hyundai volvió a encontrarse con condiciones similares a las que tuvo en la del viernes, condiciones que no le favorecían en absoluto con su estilo de conducción. Por detrás llegaba el joven finés Teemu Suninen, quien le recortaba varios segundos en su afán de arrebatarle la quinta posición al cántabro.
No obstante, este se acostumbró a las condiciones de pista de cara al siguiente tramo, la primera pasada de lo que más tarde sería el Power Stage. Aprovechando su experiencia en un tramo en el que se mostraba optimista al final y que Suninen cometió un error, el español cimentó su posición, si bien no lograba acercarse a la cuarta posición ocupada por Sébastien Ogier. Ahora bien, los tres subieron un puesto cuando Ott Tänak se vio obligado a abandonar tras chocar con un árbol cuando iba segundo peleando con el líder de la prueba, Thierry Neuville.
Su ritmo se vino arriba en el TC-22 (segunda pasada por el TC-20) ya que la pista se había secado y las condiciones permitían arriesgar un poco más que antes. Sordo fue capaz de alejarse de Suninen, pero al mismo tiempo tuvo un pinchazo pasando por las roderas de otros coches, de manera similar a como ya le ocurrió durante la tarde del sábado en la segunda etapa.
En el último tramo, sin necesidad de arriesgar ya, Sordo llegó al final para asegurar una cuarta posición importante para su campeonato de pilotos – para el de constructores no tanto ya que Neuville y Hayden Paddon lograron un doblete para Hyundai y sólo puntúan los dos mejores de cada equipo. Por detrás no llegó Suninen (pues hizo un trompo y perdió casi medio minuto) sino Stéphane Lefebvre, quien salvó los colores del equipo Citroën.