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Sébastien Ogier ya rueda de cara al Rallye de Monte Carlo. Si bien la semana pasada fueron los demás equipos, hoy mismo ha sido el pistoletazo de salida de Citroën a sus test previos a la cita del Principado. Como no podía ser de otra manera, Ogier ha sido el encargado de enfundarse el mono de carreras y comenzar a rodar con el C3 WRC en las heladas carreteras de los Alpes franceses.
Estos son por lo tantos los segundos test de Ogier desde que se a anunciado el matrimonio entre el galo y la marca Citroën, los primeros sobre asfalto. Así pues, el actual campeón del mundo podrá completar un buen número de kilómetros de cara a familiarizarse con su nueva herramienta de trabajo, fijando además unos buenos reglajes previos a afrontar la primera carrera del año.
En los próximos días se espera además que Lappi, el segundo gran fichaje de la marca para 2019, se ponga también a los mandos del Citroën C3 WRC. Con ello, la firma de Versalles se pone en marcha centrada en abrir una nueva etapa y dejar atrás las últimas temporadas, que para ellos han sido muy grises. Los malos resultados de sus pilotos así como las debilidades mostradas por el C3 le han situado como el farolillo rojo del WRC.