Ha cambiado todo, y mucho. Empezando porque hace treinta años no tenía ocho campeonatos de España, ni casi cuarenta participaciones en el campeonato del mundo, con el mundial de grupo N, los dos podios absolutos y la histórica victoria de aquel Tour de Corse de 2001. No había participado en el Dakar, ni tampoco demostrado a España que era uno de los mejores pilotos tallados en nuestro país.
Y allí se plantó con el Ford Sierra del equipo Marlboro, en el Rally Ciudad de Santander -como se le conocía por el 89’-, para vencer a todo un Pep Bassas que a la postre se convertiría en el campeón nacional de aquella temporada.
De aquí en adelante comenzó a dejar su historia por las carreteras de medio mundo junto a Carlos Del Barrio y Marc Martí en su mayoría, logrando todo aquello que les conté, y más. Mucho más. Por encima de estos logros, obtuvo el reconocimiento de sus compañeros de profesión, de las marcas, de la prensa y del automovilismo en general. “Chus” es uno de los grandes.
Y ahora vuelve. Lo hace junto a Citroën, equipo intrínseco a la historia de Puras. En esta ocasión, sin embargo, con muy poco que demostrar y el único objetivo de pasarlo en grande con un coche de última generación, el C3 R5. Y en su casa, Cantabria. 30 años después de la primera.