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Jan Solans tuvo un final descorazonador en el Rallye de Pozoblanco, teniendo que abandonar después de haber estado por encima de todos los pilotos de la categoría R2 en su regreso a la tierra. El piloto de Matadepera llevaba ocho meses (desde el Rallye Tierras Altas de Lorca) sin conducir en esta superficie y dio todo un recital de conducción hasta el último tramo.
Solans, con el 208 R2 gestionado por el equipo Mavisa Sport, era capaz de rodar por delante del campeón de este año Javier Pardo, así como otros rivales como Manuel Gómez-Manzanilla, David Nafría, Rodolfo Suárez, José Luis García y Christine Giampaoli. La pelea estuvo sobre todo con Pardo, pues la diferencia era en varios tramos de apenas unas décimas de segundo.
Por desgracia, tras seis tramos en los que lo dio todo, en el último tramo tuvo un accidente a la salida de una curva en el que volcó, quedándose fuera de carrera y neutralizando el tramo. La victoria recayó en un Pardo que, al final del rallye, reconoció la gesta de su rival catalán.
Pese a ello, Jan ha demostrado en un solo año la habilidad que tiene en sus manos para convertirse en un talento nacional de los rallyes tanto en tierra como en asfalto. En su debut en el Nacional de Asfalto ha logrado convertirse (con apenas dieciocho años) en campeón de Grupo N.