R2, la categoría de las oportunidades

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Todo piloto joven sueña con llegar a la cima del automovilismo, con ser el protagonista de una trayectoria gloriosa que le otorgue un cierto reconocimiento social superior al del resto, con ser campeón del mundo y, en definitiva, con vivir holgadamente de su hobby. De un hobby caro, peligroso y laxo en lo que a oportunidades se refiere, más aún si el soñador es de origen español, donde la mayoría de las veces las oportunidades son una quimera. Hace unos meses, uno de estos pilotos jóvenes definía a la perfección la situación en la que se encuentran los mecanismos de promoción de este deporte, aquellos que hace no tanto tiempo permitían los 'chavales' ir subiendo peldaños en su carrera hasta llegar a la cima o al menos acariciarla, con la siguiente aseveración: "en este mundo, quien no tiene padrino no se bautiza".

 

Sin embargo, hace también algún tiempo, las marcas se afanaron en idear y confeccionar un coche que ayudara a los competidores con menos posibles a proyectar su talento. Una montura que guardara la esencia de un coche de carreras, que hiciera vivir a los pilotos unas sensaciones y emociones similares, siempre salvando las distancias, a las que viven los profesionales de los rallyes. Un vehículo que, partiendo de su modelo de calle, estuviera equipado con un verdadero kit de carreras. Y, sobre todo, un coche que fuera más o menos asequible económicamente, teniendo en cuenta las cifras que se mueven en este sector. De ese cúmulo de factores nacieron los R2 (más conocidos hoy día por parte de la afición ralliera como los Kit Car modernos).

 

En varias ocasiones se ha utilizado la categoría integrada por los vehículos R2 como fórmula de promoción para jóvenes pilotos. El Ford Fiesta R2 fue empleado durante varias temporadas en el Mundial Junior, bien lo sabe 'Cohete' Suárez y Yeray Lemes, y ahora se viene usando para la Drive Dmack Fiesta Trophy (aunque no posee la misma mecánica que el Fiesta R2 originario). Esta misma montura también sirvió, a nivel nacional, de vehículo modelo para la disputa de la añorada Beca RMC, que ayudó a pilotos como Surhayen Pernía o Cristian García a desarrollar un ambicioso programa en el Campeonato de España de Rallyes de Asfalto (CERA) a lomos de un Mitsubishi Lancer EVO X. Otro de los vehículos R2 que se utilizó en España para la disputa de una copa monomarca fue el Renault Twingo, modelo utilizado para poner en marcha la Challenge Twingo Renault Sport, que no podría catalogarse de fórmula de promoción aunque ayudara a los primeros clasificados económicamente.  




Pero, de haber existido un mecanismo de promoción que haya triunfado en este país, ese es el Desafío Peugeot. Una competición que permitía al ganador de la misma correr una temporada del Nacional de Rallyes enrolado en la estructura oficial de la firma francesa y que concedía, a los jóvenes pilotos, la oportunidad de soñar e ilusionarse cada temporada con la posibilidad de llegar a formar parte del equipo galo. Hoy día, la marca del león sigue organizando una fórmula de promoción similar al Desafío Peugeot, aunque el mecanismo actual guarda dos diferencias reseñables con esta última: la primera es que el coche de las oportunidades es el Peugeot 208 R2 y la segunda, y más importante, es que para correrla tienes que emigrar al país vecino, a Francia. No obstante, el premio sigue siendo similar: correr un programa parcial en el WRC2 como piloto oficial a bordo de un Peugeot 208 T16 R5, donde los jóvenes competidores tienen la oportunidad de exhibir sus habilidades ante un elenco de marcas que se afanan en descubrir a los futuros campeones del mundo.

 

En España, pese a que no existe ningún mecanismo de promoción que ayude a progresar a los jóvenes pilotos, sí existe la posibilidad de ver varios modelos de R2 en liza. De hecho, se ha creado una categoría para agruparlos que, eso sí, adolece de premios. En ella participan algunos de los que podrían ser los próximos campeones del CERA y otros que ya han demostrado con creces sus credenciales sobre el asfalto de la península. Dominar el brío, la garra y el nervio de los enérgicos Adam, Fiesta o 208 R2 no es tarea fácil. Por ello, estas monturas, como lo eran los Kit Car, son la criba entre los buenos pilotos, los virtuosos de este deporte, los que pueden llegar a formar parte de la élite de los rallyes, y aquellos que no lo son tanto. El examen que decidirá quien podrá llegar a tener oportunidades de progresar (de llegar a haberlas en un futuro que, esperemos, no sea muy lejano) y facilidad para encontrar mecenas, y quien no.

 

Así que, si los R2 sobrevuelan tu cabeza, si tu idea es llevar a cabo un proyecto deportivo con alguno de ellos, aquí te dejamos algunas estadísticas de los que compiten en el Nacional de Asfalto.

 

Opel Adam R2

 

Hoy día, el CERA cuenta con dos unidades de Opel Adam R2, ambas bajo la tutela de la Red Opel Motorsport España. Este vehículo, al igual que muchos de los coches que integran su categoría, está propulsado por un motor atmosférico de 1.600c.c. 16V que da unos 185CV. De tracción delantera, el 'pequeño' de los Opel posee una caja de cambios secuencial de cinco velocidades y un diferencial autoblocante de discos múltiples. Su precio supera los 60.000 euros.  

 

Esteban Vallín y Ángel Paniceres son los encargados de sacar partido a la montura alemana esta temporada. En lo que va de año, cada Adam ha disputado seis pruebas que, conjuntamente, suman un total de 12 participaciones. De todas las puestas en escena que han hecho, los vehículos alemanes no han abandonado ni una vez. Por lo que la fiabilidad mecánica, y la de sus pilotos, es del 100%.

 

En cuanto a competitividad, los pilotos de la Red Opel Motorsport Team Spain han conseguido 10 podios en la media docena de rallyes disputados, cuatro de los cuales han sido victorias (todas rubricadas por Esteban Vallín). Dicho bagaje, sitúa a ambos competidores en el primer y segundo puesto de la Clasificación General del CERA destinada a los R2, con un amplio margen de puntos sobre sus más inmediatos perseguidores. Según parece, atendiendo a las estadísticas, el Opel Adam R2 además de ser un coche muy fiable, es competitivo.




Peugeot 208 R2

A diferencia de los Adam R2, que son custodiados por una estructura oficial, los Peugeot 208 R2 que vemos en territorio español pertenecen a pilotos o preparadores privados. Este vehículo está propulsado por un motor atmosférico de 1.598c.c.16V que también entrega unos 185CV. Al igual que los integrantes de su especie, monta una caja de cambios secuencial de cinco velocidades y, a la hora de traccionar, lo hace con las ruedas delanteras. Su precio, si el coche es montado y matriculado por Peugeot Sport, es de unos 57.500 euros. Asimismo, la firma gala también ofrece la posibilidad de fabricarte tu propio 208 R2 a través de la venta de un kit de carreras que vale unos 37.500 euros. Esta última opción es la más demandada y utilizada por los preparadores españoles.

 

En las seis pruebas del Campeonato de España de Rallyes de Asfalto celebradas hasta el momento, los pilotos que han utilizado un 208 R2 para combatir han sido 22. De todos ellos, sólo el tinerfeño Víctor Delgado ha alcanzado la victoria en un rallye (Adeje). A este triunfo, hay que sumarle cuatro podios, conseguidos por el propio Delgado (segundo en Canarias), Marcos Canedo, Iago Silva y Roberto Blach, quien ocupa la tercera posición en la clasificación absoluta que aglutina a los R2.

 

Si hablamos de fiabilidad, hemos de apuntar que de los 22 pilotos que han entrado en liza con monturas de la firma del león, sólo 2 han tenido que abandonar por problemas mecánicos, lo que se traduce en una probabilidad de rotura del 9,09%.

 

El 208 es, sin duda, el R2 más utilizado por los pilotos jóvenes que componen las listas de inscritos del Nacional de Asfalto, puesto que en fiabilidad, competitividad y precio es el mejor posicionado. Por ello, se ha convertido en el coche preferido para muchos de los novicios que intentan dejar huella en cada rallye a la espera de ser tutelados por una marca oficial o un gran patrocinador.  




Ford Fiesta R2T

 

Hablar del Ford Fiesta R2 en España sin mencionar las siglas RMC es tarea difícil. El preparador leonés es el principal valedor de estas monturas, con las que puso en marcha una de las últimas fórmulas de "promoción" que ha tenido el CERA, la Beca RMC. Dicho vehículo, en su versión original, montaba al igual que los demás un motor de 1.600c.c. pero, a principios del pasado año, M-Sport presentó y comenzó a comercializar una evolución que mejoraría sus prestaciones y que, como resultado, tendría al nuevo Ford Fiesta R2 Turbo. Éste monta, a grandes rasgos, un motor de 999c.c. Turbo que suministra 200CV, una caja de cambios secuencial de cinco marchas y, como los demás, es de tracción delantera. Su precio está en los 65.000 euros, aunque al igual que Peugeot, M-Sport ofrece un kit para que las estructuras privadas puedan montarlo.

 

Hasta ahora, 12 han sido los pilotos que han escogido un Ford Fiesta R2 para participar en las diversas citas del Nacional de Asfalto esta temporada. De todos ellos, cuatro participantes se han visto obligados a abandonar por averías mecánicas, lo que se traduce en un porcentaje de rotura del 33,33%. Asimismo, el único piloto capaz de conseguir posiciones de podio (entre los R2) con esta montura ha sido José Manuel Mora, que ganó su categoría en Canarias, finalizó segundo en Ferrol y acabó tercero en Ourense. Tres podios que se corresponden con las únicas veces que su coche le ha permitido acabar la carrera.

 

Tras analizar las estadísticas, se ha comprobado que el Ford Fiesta R2T es tan competitivo como el Peugeot 208 o el Opel Adam, pero la fragilidad mecánica que demuestra en algunas ocasiones hace que dicha competitividad quede relegada a un segundo plano.




Citroën C2 R2

 

Otro de los vehículos R2 que más se ven a lo largo y ancho de la geografía española, sobre todo en campeonatos regionales, es el Citroën C2. Un coche que podría catalogarse como pionero en esta categoría y cuya competitividad no está a la altura de sus homólogos contemporáneos. No obstante, si se lleva rápido, puede llegar a igualar o superar a algunos de los R2 modernos. Está equipado con un motor de 1.587c.c 16V que da unos 192 CV. Monta una caja de cambios secuencial de cinco velocidades y tracciona, al igual que todos los demás, con las ruedas delanteras. En lo esencial, comparte los mismos rasgos que los R2 de ahora pero, al ser más antiguo y no contar con muchas evoluciones, sus prestaciones hacen que pierda la batalla con estos últimos.

 

En los seis rallyes del Nacional de Asfalto celebrados hasta el momento, siete pilotos han escogido un Citroën C2 R2 para presentar batalla (ni que decir tiene que todas las monturas pertenecían a estructuras privadas). De esos siete, cuatro han tenido que abandonar por avería mecánica y otro tuvo que acogerse al comodín de Súper Rallye para salir en la última sección de una prueba. Los datos hablan por sí solos, no hace falta calcular porcentajes. Sólo dos pilotos (de siete) han conseguido terminar una prueba del CERA sin contratiempos: Óscar Gil e Iván Méndez en Canarias. No obstante, se ha de subrayar que la finalización de una prueba del Nacional con un C2 se debe, en gran parte, al mantenimiento que esté recibiendo dicho vehículo.

 

El Citroën C2 es, sin duda, el vehículo más económico de adquirir, ya que todos los que hay a la venta son de segunda mano. Asimismo, es un coche que puede llegar a ser competitivo y permitir a un piloto joven mostrar sus cartas sobre el asfalto para, ya que no existen mecanismos de promoción, sumar puntos de cara a los patrocinadores.