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El listón se alzó muy alto luego de las primeras batallas vividas en 2017. Con la ilusión renovada tras la llegada de varias unidades de R5 a nuestro país, muchos esperábamos más acción en este final de temporada. En La Nucía, con las ausencias forzadas de Pedro Burgo y Surhayén Pernía, Ares se ha quedado casi solo frente a los N5.
El lucense Sergio Vallejo fue el primero en dar un paso al lado, después de un inicio de temporada no muy afortunado. Aunque podría volver al campo de batalla en Madrid, el gallego se ausenta desde el Rallye de Ourense, donde una avería supuso ser la gota que colmaba el vaso. Un poco más tarde, era Cristian García, campeón en 2016, el que decidía decir adiós.
Con opciones muy remotas a reconquistar la corona y centrado en nuevos proyectos, el piloto de Tarazona y el binomio RMC-MMR Bikes decidían dejar a un lado el CERA. Vallejo y García protagonizan dos bajas muy sensibles para un campeonato que vuelve a estar en horas bajas. Por si todavía fuese poco, las alarmas se volvían a encender con las ausencias de Burgo y Pernía.
El cántabro se veía obligado a no viajar a Alicante, perjudicado por el accidente sufrido en Santander, mientras que el gallego no pudo ni si quiera empezar los reconocimientos del rallye debido a un cólico nefrítico. De esta manera, Ares se ha quedado solo frente a los cada vez más veloces N5. Con el casi todo el pescado vendido, la emoción se sitúa ahora en las copas.
En la Nucía, quedarán vistas para sentencia la Beka Junior R2 y la Dacia, mientras que en Madrid será el turno de la Copa Suzuki. A la espera de ver que plantel nos regala el Rallye de Madrid, en las cunetas ya se ha vuelto a abrir el debate sobre la dirección que enfila nuestro campeonato. ¿Es viable un campeonato FIA sin marcas? Por el momento, la incógnita va encaminada al no.