Emilio Vázquez y Héctor Rodríguez fueron algunos de los protagonistas especiales de este Rallye de Ourense, no sólo porque acabasen en octava posición absoluta sino con la máquina con la que lo lograron. Vázquez y Rodríguez llevaron uno de los pocos Citroën ZX Kit Car que llegaron a construirse durante la década de los noventa, nada menos que un chasis ex Piedrafita Sport como los que llevó el ex campeón nacional Chus Puras (ganador del Rallye de Ourense en 1997).
Este coche ha tenido una historia bastante digna de mención, como se relata en el especial del Rallye de Ourense del periódico La Región (en su edición del viernes 7 de junio), en el Rallye de Noia de 2013 sufrió un accidente y prendió fuego, acabando calcinado hasta el punto en el que parecía que no volvería a competir. En ese momento era un Kit Car con la carrocería estrecha.
No obstante, el factor humano jugó un papel fundamental: entre donaciones de amigos, familiares y en esencia la familia de los rallyes de diversas partes (no solo de Galicia, también de otras partes de España) fue posible adquirir una carrocería nueva. A partir de ese momento se fue adaptando y reconstruyendo toda la mecánica del coche (como las suspensiones, los puentes delantero y trasero. Todo hecho a medida para que estuviera en las mismas condiciones que el modelo original hace 20 años.
El motor entrega una potencia de 270 caballos a 9.000 revoluciones por minuto (lo que le da ese sonido tan característico) y 238 Nm. Bajo el capó se han dedicado una cantidad de horas inimaginable para que el propulsor tenga la entrega de potencia propia de este tipo de coches (no deja de ser un 2.0 atmosférico de 16 válvulas, el mismo bloque motor del ZX 16V). La caja de cambios es una secuencial de 6 velocidades 3MO, enviando la potencia al tren delantero.
El detalle está tan cuidado que hasta cuenta con un control de tracción de seis posiciones al igual que llevaban los Peugeot 306 Maxi, SEAT Ibiza, Xsara Kit Car y otras ilustres máquinas de la época. Los mandos están colocados a la izquierda del volante, donde también puede encontrarse los mapas de motor para seco, mojado o lluvia extrema (como lo que se vivió en A Peroxa durante la primera etapa del rallye). En definitiva, el trabajo de restauración ha dado lugar a una máquina espectacular tanto para los ojos como para los sonidos.
Vázquez y Rodríguez deleitaron al público ya desde la sesión de shakedown con varias pasadas antes de lanzarse a unos tramos que mostraron su cara más feroz en la primera etapa de la prueba, en la que se colocaron en el Top 10 pese a salir detrás incluso de los coches de la Copa Suzuki Swift. En la segunda etapa fueron escalando posiciones después de que abandonasen Javier Pardo y Surhayén Pernía, batiendo al mismo tiempo a coches más modernos e incluso de tracción total.
Al final de la prueba acabaron en octava posición absoluta, siendo el tercer mejor equipo entre los participantes de Dos Ruedas Motrices – no sin momentos de sufrimiento, pues la dirección asistida dejó de funcionar y se rompió la correa del alternador, lo que hacía que no se cargase la batería y si se paraba demasiado tiempo, no podría retomar la marcha. Por suerte pudieron acabar el itinerario sin problemas, terminando así un buen día para una leyenda de los rallyes.