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Robin Shute ha conseguido la victoria en la mítica Subida a Pikes Peak, la carrera de montaña con más prestigio a nivel mundial. El piloto británico ha logrado llevarse la victoria absoluta con un tiempo de 9:12.476 a los mandos del Wolf TSC Honda, un modelo que ya se vio en la edición de 2018 y ha dado resultados mucho más satisfactorios en esta ocasión.
Shute participaba en la categoría Unlimited con un monoplaza desarrollado de manera exclusiva para subidas como Pikes Peak, entre las muchas categorías diferentes que se incluyen en este evento como motos, Opel Wheels, Heavyweight, Lightweight, Open o Time Attack. Varias marcas estaban también implicadas a nivel oficial, como es el caso de Acura y Bentley, logrando estos la victoria en Exhibition con el Bentley Continental GT además del decimotercer puesto absoluto.
Su rival más cercano fue un conocido del mundo de los rallyes, el francés Raphaël Astier – rival de Nil Solans en WRC3 durante el año 2017 y campeón mundial de la FIA RGT en 2018. Astier participó con su Porsche 911 GT3 Cup Turbo, quedándose a diez segundos del tiempo de Shute y batiendo por siete décimas a Peter Cunningham y su Acura TLX GT. Los tres fueron también ganadores de categoría, Shute en Unlimited, Astier en Time Attack 1 y Cunningham en Pikes Peak Open.
Llama la atención también la diferencia entre el tiempo del ganador con respecto al récord actual, pues en 2018 Romain Dumas marcó un tiempo de 7:57.148, más de un minuto más rápido que Shute este año. De hecho, en 2013 – cuando el Pikes Peak se convirtió en una subida de asfalto cien por cien tras decenas de ediciones con recorrido de tierra – Sébastien Loeb rodó casi un minuto más rápido a los mandos del Peugeot 208 T16 Pikes Peak.