Kevin Abbring viste de gloria al Hyundai i20 R5

Kevin Abbring llegaba al Rally du Var con una ardua misión: poner en valor el potencial que atesora el nuevo Hyundai i20 R5. La firma coreana decidió participar en la última prueba del Campeonato de Francia de Rallyes de Asfalto que, a su vez, era una de las últimas citas del año a nivel europeo, con la premisa de conseguir un buen resultado y demostrar que su nuevo invento está a la altura de sus homólogos para, de esta forma, dejar una buena imagen del vehículo coreano en el imaginario colectivo de la afición y posibles compradores de cara al próximo curso.

Pues bien, Hyundai ha conseguido cumplir con su objetivo de la mejor manera posible, haciéndose con el triunfo del rally. El du Var ofrecía a marcas y pilotos un marco incomparable para hacer de las suyas. Con más de una veintena de R5, otros tantos WRC, la presencia de viejas glorias como Delecour y Panizzi y los diferentes campeonatos de índole internacional finalizados, la cita gala iba a acaparar las miradas de medio mundo; y la firma surcoreana lo sabía. Por ello, no dudó en desplazarse hasta las inmediaciones de Saint-Tropez y poner al piloto que ha venido desarrollando su nuevo proyecto al frente de su avanzadilla.

 

La empresa que querían llevar a cabo Hyundai era, cuanto menos, difícil. Stéphane Lefebvre (Citroën DS3 WRC) era el principal favorito para hacerse con la victoria final y así lo hizo saber al finalizar la primera etapa, cuando lideraba la general con una ventaja de casi 20 segundos sobre el segundo clasificado. Su compatriota, David Salanon (Ford Fiesta WRC), seguía de cerca la estela del joven piloto mundialista. Ambos se alternaban los scratch, uno tras otro. Con lo que quizás no contaban era con la molesta presencia de Kevin Abbring en las posiciones de cabeza. El holandés, a lomos de su R5, se colaba continuamente entre los tiempos de los franceses, llegando incluso a liderar el rally al final del primer bucle que compuso la mañana de la segunda etapa.

 

Y esa etapa, la segunda, sería decisiva para el devenir de la prueba. Lefebvre, que perdió mucho tiempo en la sexta especial por problemas con su DS3, impuso un ritmo muy alto en los tramos de la tarde para dar caza a Salanon y Abbring con la mala suerte de que, en una curva cerrada a izquierdas, entró algo colado y se salió de costado, impactando el lateral derecho de su Citroën con un pequeño talud que ocasionó daños en una de las ruedas traseras de su WRC y lo obligó a abandonar.

 

A partir de ese momento, parecía que el triunfo del rally iba a ser coser y cantar para Salanon. La superioridad de su montura con respecto a la de Abbring y su conocimiento del terreno jugaban a su favor. No obstante, el francés no conseguía quitarse de encima al de Hyundai y, en la última especial del día, una de las más largas de la prueba, la presión le pudo y tuvo una salida de carretera que dejó al holandés al frente de la clasificación, seguido por Yoann Bonato (Citroën DS3 R5) y el actual campeón del certamen, Sylvain Michel (Skoda Fabia R5), ambos a más de 15 segundos.

 

La etapa de hoy, la última del campeonato galo, se componía de tres especiales. La primera fue a parar a los dominios del vencedor de la prueba, Kevin Abbring, que conseguía meterle 3,4 segundos a Lefebvre, que se reenganchó para disputar el último suspiro del du Var aunque ya sin opciones en la lucha por el triunfo. No obstante, el francés consiguió hacerse con los dos últimos scratch y endulzar un poco el mal sabor de boca que le dejó el abandono de ayer. Abbring, aún levantando el pie un poco del acelerador, seguía abriendo la brecha con Bonato y Michel hasta acabar el rally con casi un minuto de ventaja sobre el primero y más de un minuto y medio sobre el segundo. De esta forma, el piloto holandés conseguía darle el segundo (y más importante hasta el momento) triunfo de su historia al Hyundai i20 R5, ya que el primero lo rubricó Guillaume Dilley en el Rallye de Tournai.