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Durante la tarde del miércoles quince de febrero se ha producido un accidente en el que está involucrado el piloto portugués João Vinha mientras entrenaba con su Mitsubishi Lancer Evolution VI. Vinha ha sido rescatado, pero por desgracia ha fallecido su copiloto tras caer ambos a un río – se trataba de Jorge Amorim, ex copiloto y vicepresidente del Club Automóvil Centro.
La dupla lusa se encontraba practicando en la zona de Mortágua (Vinha estaba inscrito en el Rallye Serras de Fafe, que se celebra los próximos dieciocho y diecinueve de febrero) cuando sufrieron el accidente, con la mala suerte de caer al río Criz según el medio DN. La alerta del accidente se dio en torno a las 15:16 de acuerdo con el Comando Distrital de Operaciones de Socorro.
Vinha fue rescatado y llevado de inmediato al Hospital Universitario de Coimbra, con la suerte de no tener lesiones de gravedad. La mala noticia llegaba en torno a las 18:15, cuando se encontraba el cuerpo sin vida del que horas antes le había acompañado a su diestra en el Lancer Evolution VI.
En la búsqueda estuvieron involucrados los servicios de emergencia de Mortágua, Santa Comba Dão y Viseu, además de varias patrullas, miembros del Instituto Nacional de Emergencia Médica así como del Centro de Orientación de Pacientes Urgentes. Por desgracia, no fue posible rescatar a tiempo a Amorim.
La carrera deportiva de Amorim se remonta hasta la década de los noventa, comenzando su andadura con Paulo Antunes en pruebas regionales en 1997 – Amorim y Antunes compitieron juntos hasta 2008, haciéndose con la victoria en varias pruebas de nivel regional. Años después se convirtió en vicepresidente del CAC, puesto que ha mantenido hasta su fallecimiento a los cincuenta y tres años de edad.
Según la lista de inscritos, quien estaba previsto que compitiera junto a Vinha en el Serras de Fafe no era Amorim, sino el también portugués Cristiano Queiroga que en ese momento estaba ocupado, según recoge el medio AutoSport. En estos momentos es necesario extender nuestras condolencias de parte de todo el equipo de Revista Scratch al CAC, así como a la familia y amigos de Amorim.