Decisión turbia en Lozère

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Hasta el último tramo del Rallye Terre de Lozère, Efrén Llarena había realizado un trabajo de 10, siendo capaz de colocarse por delante de pilotos como Laurent Pellier (líder de la 208 Rally Cup y protegido de la FFSA), Quentin Ribaud, Florentin Bosch o Aki Sahila. En los últimos tramos había llegado a conseguir una ventaja holgada (50,7 segundos en concreto) cuando encararon el último tramo.

Allí parecía que todo se iba a ir al traste pues se rompió un palier de Peugeot 208 R2 preparado por Sainteloc Racing – el mismo preparador de José Antonio ‘Cohete’ Suárez y Pepe López en el Europeo de Rallyes, siendo además ellos mismos los ganadores anteriores de la 208 Rally Cup. Con esta rotura, Llarena y Sara Fernández tardaron más tiempo del habitual en recorrer el tramo.

Ahora bien, ese tramo (Le Born 2, de 23 kilómetros cronometrados de longitud) fue neutralizado por otro incidente, lo cual ayudaba a Llarena. Si les daban a todos los coches de la copa el mismo tiempo, la diferencia entre ellos no variaría y con llegar al service sería suficiente para llevarse el rallye.

No obstante, los comisarios tenían otros planes: uno de sus rivales comentó que Llarena había llegado seis minutos tarde al control. Al ajustarse los tiempos, se produjo una decisión ridícula: Llarena tenía una penalización extra de seis minutos pese a ser un tramo neutralizado y caía de la primera a la quinta posición, llevándose Pellier el triunfo. De repente, el campeonato caía en las manos del piloto francés, teniéndolo a tiro a falta de dos pruebas del final.

Esta decisión es cuanto menos inaudita, ya que por norma en un tramo neutralizado se adjudica a todos los pilotos (o al menos los de una copa monomarca o una categoría concreta) el mismo tiempo. Otra decisión común es la de tomar como referencia los tiempos de la pasada anterior, pues cuatro horas antes se había realizado una primera pasada por Le Born. En esa pasada Pellier marcó el scratch y Llarena fue cuarto a 11,4 segundos, lo que le hubiera dado la victoria a Llarena por más de medio minuto.

De haber sido así el caso, es evidente que le hubiera beneficiado a Llarena – una situación bastante común cuando se neutraliza un tramo, que ha ocurrido en varias ocasiones incluso en el Mundial de Rallyes este mismo año. Lo que no es nada común es añadirle esos minutos extra, a sabiendas de que produce unos cambios tan drásticos no solo en la clasificación de la 208 Rally Cup, sino unos cambios que alteran por completo – a favor de un piloto apoyado por la FFSA – la copa.

No es la primera vez que se da esta situación en el campeonato francés, pues ya en años recientes dos pilotos apoyados por un patrocinador importante para la federación se vieron favorecidos por un cambio de normativa. Este cambio de normativa apoyaba a su categoría de vehículos de cara al campeonato, pudiendo puntuar más incluso aunque no fueran los ganadores absolutos.

Las llamadas y quejas de España a Francia estuvieron reiterándose desde que se conoció la decisión del director de carrera hasta las dos de la madrugada (el tramo arrancó pasadas las 15:16 del domingo). Está pendiente una apelación de esta sanción que podría tardar meses en decidirse, pero de momento el daño ya está hecho. No sólo a Llarena y a sus aspiraciones al título de la 208 Rally Cup, sino a la reputación de la federación gala.