Alexey Lukyanuk se dirigía en la jornada de ayer hacia una cómoda victoria en el Rallye de Azores tras haber demostrado su superioridad durante toda la prueba con su nuevo Citroën C3 R5, pero un pinchazo primero y un fallo de frenos en el último tramo provocaron que finalmente el rallye acabase con un vuelco y con el C3 destrozado.
“Era recto, unos 150 metros, y luego teníamos que girar a la izquierda. Durante la frenada el pedal cayó al suelo. Tuvimos un daño en el sistema de frenada después de pinchar el neumático en la etapa especial anterior. Traté de girar, pero nos enganchamos en la pared interior, volcamos y no pude hacer nada. No fue un error de pilotaje", comentaba el campeón de 2018 en la web del ERC.
Hasta ese momento el piloto del C3 R5 contaba con una ventaja de casi un minuto que se esfumo tras pinchar en el penúltimo tramo. A pesar del percance Lukyanuk aún estaba en posiciones de pódium, lo que confirma su adaptación al vehículo francés y hace pensar que puede revalidar la corona del año pasado.
“Por supuesto, la tristeza prevalece sobre todo, pero también hubo muchas cosas positivas. El coche es rápido, nosotros somos rápidos y el equipo es bueno. Casi no cometimos errores. Es hora de seguir adelante. Buscaremos dinero para reparar el automóvil y nos veremos en el próximo rally. Es una experiencia increíblemente difícil cuando casi ganas y al final terminas de manera diferente”, comentaba Alexey.