No es ningún secreto que X-Raid es el equipo más potente entre los que compiten en coches. Su larga trayectoria les ha proporcionado un gran “how-know” que supone un gran hándicap para el resto de equipos que optan a la victoria final. Los alemanes optan por una mecánica diésel con tracción 4x4, coches muy complejos mecánicamente, con muchos kilómetros de test encima. Desgraciadamente todo esto conlleva unos costes muy altos, asumibles para pocos pilotos, para pocos patrocinadores.
Y aquí es donde entran los Buggy. Vehículos sencillos, con reglamentación sencilla, artesanos, con motor de serie. El coste se reduce muchísimo, ni mecánica diésel ni tracción total. Las averías son más simples. La principal diferencia, debería ser la competitividad, la velocidad, sin embargo, esto no está siendo así.
Robby Gordon lleva apostando mucho tiempo por este tipo de vehículo, pero lo ha hecho a su forma, haciendo un vehículo “mastodóntico”, extremadamente lento cuando se enfrentaba a un terreno no fuera-pista. Entonces apareció Nasser Al-Atiyyah. El qatarí tras correr con el segundo coche de Gorddon en 2012 confió en la fórmula y llevó al Dakar 2013 un Buggy ligero, hecho en tiempo record por un preparador norteamericano.
Con sorpresa o no, el Buggy de Nasser contando con Sainz como compañero de equipo fue extremadamente competitivo. Ganador de etapas fue un digno rival para X-Raid hasta que la mecánica dijo basta, algo previsible en un coche recién construido, sin apenas test destructivos, sin test de fatiga.
Nasser trasladó sus vehículos a Barcelona a un nuevo preparador para perfeccionar el Buggy, sin embargo a última hora canceló el proyecto y se embarcó con X-Raid. Pero quién si continuó con la fórmula fue Carlos Sainz, que aceptó la oferta De SMG, equipo que lleva años confiando en estos Buggy ligeros, que cada año eran más competitivos.
Han estado probando hasta última hora, mejorando lo mejorable tanto que hubo que mandar el coche el avión para que llegara a tiempo a las verificaciones en Argentina. Por ello, Sainz declaraba que iba a tomárselo todo con calma y que había que averiguar dónde estaban. Especialmente porque se esperaba que el Buggy de dos ruedas motrices perdiera mucho tiempo en las primeras etapas, de terreno desfavorable frente a los 4x4.
Pero para sorpresa (o no) de todos, Sainz no solo no ha perdido tiempo, si no que le ha dado un serio revés al equipo X-Raid. El equipo más grande del Dakar, con 12 coches, tiene 11 de sus representantes, algunos de un gran nivel, por detrás del Buggy SMG. Únicamente Sthépane Peterhansel, el rey del Dakar se salva de esta quema, que en dos etapas en terreno favorable, solo ha conseguido sacar 28 segundos al español. Tanto Nani Roma como Nasser Al-Attiyah pierden casi cuatro minutos con el de SGM, más aun Orlando Terranova y Krzysztof Holowczyc, a ocho y 37 minutos respectivamente.
Desde luego, un duro golpe al equipo más poderoso, que más medios traslada y que tiene un presupuesto más grande. El Dakar es largo y apenas acaba de comenzar, y con 12 pilotos lograr el resultado es más sencillo, pero que un coche relativamente modesto y sencillo con un gran piloto a bordo está sacando los colores a X-Raid, es una realidad.