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Laia Sanz se encuentra en plena preparación física para asumir su participación en el Dakar 2018. La piloto española ha llevado a cabo sesiones de esquí de montaña, gimnasio y bicicleta, entre otras actividades intensas para afrontar la carrera más dura de prácticamente todo el año.
En este sentido, en las últimas semanas Sanz ha estado entrenándose en los Pirineos con el objetivo de recrear dos características básicas del Dakar actual: la navegación y la soledad. “Me hace desconectar y trabajas en altura, algo importante en el Dakar actual. Con el skimo trabajo la resistencia, las piernas, los brazos… es un buen complemento y algo que me viene bien para cambiar mi rutina de entrenamiento. En mi caso, cuanto más segura me sienta de mi preparación física, más preparada estoy mentalmente para el rally”, dijo Laia en una nota de prensa.
No obstante, el gimnasio de la localidad donde reside ha sido otro punto de entrenamiento de la española: “En el gimnasio, el objetivo es hacer sesiones de calidad. Eso significa que no tienen por qué ser muy largas, 60 o 70 minutos, pero sí muy intensas, con poca recuperación entre ejercicios y muy alta de pulsaciones”. “La moto te exige mucho, así que no puedes centrarte en una única parte del cuerpo. Las piernas, porque te sientas y levantas mucho, los brazos, la espalda, la zona abdominal… todo es importante”.
“Lo practico desde el trial y consiste en realizar pequeños saltos mientras levantas una pesa al frente y arriba”, comentó en base a un nuevo entrenamiento que ella llama ‘el espantapájaros’. “Es un trabajo muy intenso y en el que involucras los brazos, la espalda, las piernas…”. “En moto suelo hacer dos tandas de una hora cada una, pero depende del lugar en el que nos encontremos y de lo exigente que sea el terreno”, concluyó.