Poco se ha hablado desde que el 16 de Enero Stéphane Peterhansel y Jean-Paul Cottret se proclamaron ganadores de la edición 2016 del Rally Dakar, a pesar de que se trataba de una victoria en suspenso, es decir, una victoria que aún tendría que ser ratificada por la Fédération Française du Sport Automobile, la FFSA.
La FFSA tenía que responder al recurso presentado por el equipo X-Raid al término de la octava etapa del Rally Dakar. El equipo X-Raid consideró que el entonces líder del Rallye y piloto de Peugeot realizó una recarga de combustible en un lugar no autorizado. Dicha recarga le permitió realizar la primera parte de la etapa con un menor peso, lo que supondría una mejora de rendimiento frente a los rivales.
Tras la queja presentada por el equipo alemán, los comisarios del Rallye abrieron una investigación. Finalmente decidieron no sancionar al piloto galo al mismo tiempo que señalaban que la norma no estaba suficientemente clara e instaban a la competición a modificarla en un futuro inmediato.
X-Raid no aceptó la decisión de los comisarios y presentó un recurso. Desafortunadamente, dicho recurso lo debía atender la federación francesa de automovilismo, lo que alargaría un periodo de incertidumbre que podría acabar con Nasser Al-Attiyah finalmente como ganador del Rally.
Ahora X-Raid podría continuar su apelación elevándola hasta el Tribunal de Arbitraje Deportivo, como parecía desde un principio que iba a suceder, pues difícilmente se podría convencer a un equipo alemán de que la decisión tomada por una competición francesa y una federación francesa sobre uno de los mayores deportistas franceses y un fabricante francés de automóviles, de que es la decisión justa.